Pregunta para Congreso de los diputados
“Prefiero un hijo muerto a un hijo expulsado”. Esta es la realidad a la que se enfrentan muchos testigos de Jehová por no cumplir sus normas. Ser homosexual o querer tener plenos derechos siendo mujer, no entra dentro de ellas
Me llamo Abigail, nací testigo de Jehová y fui expulsada hace casi cuatro años, ahí cambió toda mi vida. He sido feliz dentro de la congregación hasta que me casé; al principio todo parecía normal pero mi marido empezó a tratarme mal. Tiempo después me enamoré de otro hombre que también era testigo y nos juzgaron por ello, literalmente hablando. Mi actual marido decidió acudir a ese llamado “comité judicial”, yo no quise hacerlo; en él tres hombres se sientan frente a ti y te hacen las preguntas más incómodas que te puedas imaginar, como cuántas veces has tenido el coito fuera del matrimonio o incluso las posturas que has practicado; en caso de que seas mujer, tu marido tiene que estar también presente para hacerte pasar todavía más vergüenza, hasta ese punto son machistas.
El día de mi expulsión, perdí a toda mi familia, excepto a uno de mis hermanos; él llevaba 15 años inactivo, es decir, perteneces pero no ejerces, salió en mi defensa y confesó su homosexualidad, ese día nos expulsaron a los dos y es el único contacto que tengo con un familiar desde entonces; “prefiero tener un hijo muerto antes que un hijo expulsado”, afirman muchos padres. Mi vida había cambiado para siempre, pasas de estar en un entorno familiar y pertenecer a una congregación muy cerrada, me atrevo a compararlo con una secta, a estar solo ante el mundo, y eso que yo tuve la suerte de ser expulsada con mi actual marido y tener estudios, algo que los testigos tampoco ven con buenos ojos. Por eso, muchos de los que quieren salirse de la congregación no lo hacen, no tienen ni formación ni medios para enfrentarse al mundo más allá de ésta.
Es difícil llegar a las personas de dentro porque están adoctrinadas a no consumir cierta información, hecho que, hoy en día con las redes sociales, es mucho más sencillo, lo más importante es que no te vean hacerlo, pueden castigarte también por eso. Nadie debería perder lo único que ha conocido por enamorarse de otra persona o por su condición sexual, entre otras muchas cosas; ahí dentro no puedes ser tú, eres quien ellos te dicen que seas, si no cumples sus normas, serás castigado socialmente y no hay peor castigo que ese.
Hay un alto índice de suicidios de personas una vez que son expulsadas o abandonan la congregación; por eso considero que hay que crear más asociaciones como la “Asociación española de víctimas de los testigos de Jehová” para dar mayor visibilidad a este tema y, sobre todo, dar apoyo psicológico a estas personas porque, a veces acaba en suicidio, pero vivir una vez has sido expulsado, carrera traumas muy grandes.
Pido al Congreso de los Diputados apoyo y ayuda psicológica para estas personas que tienen que salir solas a un mundo totalmente desconocido y, en muchas ocasiones, no son capaces de hacerlo sin ayuda; con grupos de apoyo y terapias adecuadas podemos ayudarlas a salir adelante.