Me llamo Abril y soy una mujer trans que ha sufrido discriminación en el trabajo. Me gustaría reivindicar que la tasa de desempleo en las personas trans en España es del 85%, una cifra alarmante que no se puede seguir permitiendo.

Me dedico al sector automovilístico y al hostelero. En el segundo es donde más discriminación he sentido a la hora de encontrar trabajo. Muchas veces ni siquiera recibes una llamada tras haber enviado tu currículum, otras veces sales de la entrevista con la sensación de que no te van a llamar por transfobia.

En un trabajo que tuve en el sector automovilístico sufrí una experiencia tránsfoba. Algunos de mis compañeros esperaban en la puerta del vestuario para ver si veían cómo me cambiaba de ropa. 

También sé que me insultaban a través de grupos de whatsapp porque recibí capturas de pantalla de otras personas donde pude leer todo lo que se decía de mi. Por otro lado, hacían comentarios sobre mi identidad de género a mis espaldas. 

Al principio intentaba que la situación no me afectase, pero finalmente se lo conté a mi jefe y este tomó cartas en el asunto poniendo fin al acoso. Por desgracia, la discriminación laboral no es un caso aislado, por eso cuento mi historia para visibilizar esta realidad. 

A través de este escrito lanzo una petición al Congreso de los Diputados para que se lleve a cabo una ley trans que nos ampare y, que además recoja iniciativas para evitar esta discriminación laboral. Las personas LGTBIQ+ no estamos menos capacitadas para hacer un trabajo por nuestra identidad de género u orientación sexual, por lo que no debería existir esta brecha laboral. 

La educación en las escuelas es importante, pero el respeto es fundamental. Que no estés de acuerdo con algo o no te guste, no significa que tengas que ser irrespetuoso, porque todos somos personas. Los hombres y las mujeres trans solo queremos un trabajo digno y estable en el que no se nos discrimine.