El conflicto en Ucrania está generando grandes riesgos de trata de personas
La generosidad y la solidaridad que está habiendo hacia las personas refugiadas de Ucrania son ejemplares e inspiradoras. Sin embargo, hay depredadores y redes criminales que pueden aprovecharse de la situación. Bajo promesas de transporte gratuito, alojamiento, empleo u otras formas de asistencia, explotan la vulnerabilidad de las personas refugiadas para fines relacionados con la explotación, abusos sexuales y trata de personas.
Por eso desde ACNUR estamos en alerta máxima y advertimos a las personas refugiadas sobre estos riesgos y hemos pedido a los Estados involucrados que tomen las medidas necesarias para impedirlos.
Es imposible saber cuántas personas refugiadas de Ucrania han sido víctimas de abusadores o tratantes de personas, pero los riesgos son evidentes, especialmente entre mujeres, niñas y niños, quienes comprenden el 90% del total de personas que han huido de Ucrania hasta el momento.
Uno de los factores de riesgo para que se lleven a cabo este tipo de delitos es la falta de control en los puestos fronterizos como el de Medyka (Polonia), donde hasta finales de marzo no había un sistema para registrar voluntarios ni para monitorear a los grupos ni a las personas que ingresaban a la zona fronteriza.
Otro factor de riesgo es el deseo que tienen muchas personas refugiadas de continuar su camino tan pronto como sea posible luego de haber cruzado la frontera, sumado al cansancio y a la vulnerabilidad en la que se encuentran.
Es grandioso ver tantos actos de generosidad, pero es urgente reemplazarlos con un sistema estructurado. Por eso desde ACNUR hemos solicitado que se fortalezcan los sistemas para investigar y registrar a organizaciones y personas voluntarias que se ofrecen para ayudar o transportar a los refugiados.
De manera simultánea, estamos colaborando con las autoridades nacionales que se encargan de registrar a las personas refugiadas para ayudar a identificar a aquellas que enfrentan mayores riesgos y que, por tanto, requieren apoyo adicional de personal especializado o voluntarios capacitados. Poco después del inicio de la crisis, ACNUR lanzó una campaña de sensibilización en la que distribuyó material impreso entre personas refugiadas en ambos lados de la frontera para que contaran con información sobre cómo protegerse y cómo denunciar delitos o conductas sexuales inapropiadas.
Asimismo, junto con UNICEF hemos instalado tres “Puntos azules” cerca de la frontera y en lugares específicos en Varsovia y Cracovia, donde las personas refugiadas se registran en el programa de ayuda en efectivo de ACNUR. Ahí hay información y servicios disponibles para mujeres, niñas y niños, sobrevivientes de violencia de género y otras personas refugiadas en situación de vulnerabilidad.
Otra línea de acción ha sido la colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para capacitar a los voluntarios en la frontera con el fin de que sean conscientes de los riesgos de trata de personas y sepan qué hacer si ven algo que levante sospechas. La capacitación también cubre algunos de los principios clave en la prevención de la explotación y los abusos sexuales en el sector humanitario, que incluyen no solicitar algo a cambio de la asistencia que se brinda.
Firma para que los servicios de ayuda humanitaria para las personas refugiadas en Ucrania sigan funcionando sin perder de vista la protección contra amenazas como la explotación, los abusos sexuales y la trata de personas.