Las acciones de pequeño calado son más bien labor de las Diputaciones y de ellas depende también el uso de la política fiscal para animar el tejido industrial. El gobierno vasco ejerce desde sus competencias una labor planificadora y de relación con las grandes empresas. 

Madrid lo que debería hacer es no entorpecer a través de sus políticas económicas y laborales que podamos desarrollar un modelo propio más adaptado a nuestras necesidades. Hasta ahora no ha habido una apuesta real por la industria en el gobierno español. El Estado sigue basando su recuperación en el turismo y la construcción que llevaron a la crisis, en lugar de impulsar una industria productiva que sea capaz de generar valor añadido.. Una situación que nada tiene que ver con la vasca.

Me pide una acción concreta: A Madrid le vamos a exigir que libere parcelas de manos de la SEPI,  grandes parcelas de terreno que mantiene improductivamente en su poder (piense en los terrenos de la antigua Babcock) con la secreta esperanza de sacar un provecho económico de ellas en lugar de cederlas a las instituciones vascas para su desarrollo o animar a empresas internacionales a instalarse en ellas en lugar de dirigir las inversiones extranjeras principalmente a Madrid. Desgraciadamente la SEPI sigue pensando más en sus números contables que en el beneficio ciudadano.