Me llamo Aitor, nací en Barcelona, un 23 de agosto del 1993.

Era el más callado de clase,

siempre puntual (lo sigo siendo).

Empecé a salir a los 16 y 

me enamoré a los 18.

Con miedo a la oscuridad,

duermo con música de fondo,

me encanta perderme por Barcelona,

ando rápido aún sin tener prisa 

y me rio por absolutamente todo.

Me relajaba escribir canciones,

hasta que descubrí la poesía,

desde entonces cada verso tiene postdata.

Mi relación con la enfermedad; me ha tocado vivirla muy de cerca.

Mis abuelos han muerto de cáncer (me crié con ellos)

Yayo Salvador murió de cáncer de garganta, cuando yo tenía 6 años.

Recuerdo a mis padres y a mi abuela desesperados…

Hace ya dos años murió Yaya Antonia de metástasis,

fue muy duro y para colmo se juntó el Covid y casi no podíamos irla a ver.

Al decirnos el medico lo que tenía, sentimos como caía el mundo…

Fue una persona muy fuerte y luchó hasta el final.

Teníamos que ponerle inyecciones para el dolor; hasta que no aguanto más y vino el medico a pinchar “El final de vida”, nunca voy a olvidar ese momento; lo único bueno es que murió en casa y nos pudimos despedir y estar con ella hasta el fin de sus días.

Me gustaría dar más visibilidad a la metástasis, dado que es algo letal.

Ojalá en un futuro poder localizarla mucho más a tiempo, ya sea por revisiones, controles rutinarios…

También quiero agradecer a todas las asociaciones que luchan por la vida de estas personas, a los médicos por hacer su gran labor y sobretodo a los investigadores por no tirar la toalla y seguir buscando la cura para esta enfermedad tan efímera. 

Extiendo mi reivindicación y petición a nuestros representantes políticos del Parlament de Catalunya: Eternamente agradecido a médicos e investigadores por no tirar la toalla, pero ¿Cuándo dejará la metástasis de matar a seres queridos de una manera tan agresiva?