Hola, soy Alba y hoy me dirijo a vosotros desde el Principado de Asturias para hablar de mi hermano. Jandro tiene 28 años, síndrome de down y, desde algo antes de la pandemia, dejó de ir a su querido Centro de Apoyo a la Integración (CAI) Arco Iris. Allí socializa, participa en diferentes actividades y terapias y tiene una rutina, fundamental en su día a día.

Pero aquella rutina se frustró en febrero. El centro cerró y mi hermano pasó a estar en casa. Ahora que ha pasado más de un año, los diferentes CAI de Asturias han ido abriendo desde el verano pasado, pero no así el que a él le corresponde, que sigue cerrado. Allí entraba a las diez de la mañana e incluso comía en su interior con sus compañeros.

Todo se agrava ya que antes de la pandemia Jandro estaba tratándose un principio de depresión. El CAI, al que acude desde los 22 años, pertenece a la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado.

Desde la administración autonómica me han dicho que, por un lado, ese centro no reúne las condiciones para estar abierto teniendo que buscar una nueva ubicación. Nos han dicho que puede empezar en otro CAI, pero debido a su situación creemos que puede suponer más perjuicio que beneficio.

Así que por eso reclamamos que tanto Jandro como sus compañeros cuenten con este servicio fundamental en su salud cuanto antes. No lo hago como portavoz oficial, sino con el ánimo de que la situación cambie para todos.

Por eso pido al Principado que reabra el centro o que dé este servicio a todos en condiciones para que puedan mantener la rutina que se vio truncada en los primeros meses de 2020.

Estoy segura de que afrontar esta situación se encuentra en los planes de algunos políticos, pero necesitamos soluciones cuanto antes: les instamos a que rubriquen sus compromisos en este asunto.

A todos los demás os agradezco mucho el apoyo a este tema, pidiendo que lo difundáis por todas vuestras redes. Juntos lo conseguiremos. Muchas gracias a todos.

Súmate a esta iniciativa ¡todos ganamos!