Hola a todos, 

Antes de nada, me presento. Me llamo Alberto, tengo 52 años y vivo en Málaga desde hace 19. Si hoy estoy aquí, abriéndome un poco al mundo, es para trasladar mi reciente experiencia con el cáncer. 

En mi caso todo empezó el 29 de julio, en esa fecha y después de muchas pruebas el neumólogo me dio la noticia: tumor carcinoide endobronquial. Me explicó que es un tumor de crecimiento lento y que no tenía metástasis. Hace tres meses metástasis no tenía, quiero pensar y espero que ahora tampoco.

El 26 de agosto hablé con el cirujano, me explicó que el tumor me está obstruyendo un bronquio y eso me hace ser más propenso a contraer múltiples infecciones. Aseguró también que para solucionar mi problema me tenían que hacer una lobectomía y en principio quitarme medio pulmón izquierdo, digo en principio porque también me dijo que hasta que no abra y vea lo que hay no puede asegurarme nada. Me puso como preferente y desde entonces estoy a la espera. Tres meses han pasado ya...

Tengo todas las pruebas preoperatorias hechas, sólo falta la del anestesista, que me dijeron que me la harían unos días antes de la operación. He preguntado en repetidas ocasiones en el hospital y lo último que me dijeron hace unos días fue que me podrían llamar la semana que viene como dentro de dos o tres meses. Que ahora mismo están funcionando los quirófanos normalmente, pero que en diciembre siempre cierran alguno. Y que eso es todo lo que me podrían decir.

En estos tres primeros meses de espera he pasado el Covid, luego una pleuritis y aquí sigo con el riesgo alto que tengo de contraer más infecciones que me puedan complicar más la vida. Llevo dos meses sin trabajar porque me afixio y me fatigo muchísimo a nada que hago.

Cuando te dicen que tienes cáncer todo cambia, y lo primero es tu estado de ánimo. Sientes ansiedad, miedo y estrés. Te sientes perdido y mi día a día casi se limita a estar pendiente del teléfono. Me levanto pensando si hoy sonará el teléfono y me acuesto pensando que un día más el teléfono no ha sonado. Así día tras día, y la cabeza no para sabiendo que tienes algo malo dentro. 

Y evidentemente no sólo lo sufres tú, la familia también lo sufre.

Para los pacientes de cáncer las listas de espera no deberían de existir. Es inhumano. La angustia, la ansiedad y la desesperación que sufrimos para nosotros y nosotras se queda.

Desde aquí extiendo mi reivindicación a la Junta de Andalucía, y a los representantes del Parlamento Andaluz registrados en la Osoigo, para que puedan, al menos, dar una respuesta a mi agónica pregunta: ¿Qué se puede hacer, hoy por hoy, para agilizar las listas de espera de los pacientes oncológicos?

No quiero despedirme sin aludir a la gran olvidada y siempre necesaria tarea de la lucha contra el cáncer: la investigación. Con listas eternas de espera, no hay vida, pero sin investigación tampoco. 

Muchas gracias a todos por dedicar un ratito de vuestro tiempo a leerme y apoyar. Ahora solo falta tu firma para estar más cerca del objetivo. 

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