Me llamo Alicia, vivo en Polop (Alicante), y mi mujer Mary y yo tuvimos en mayo un bebé prematuro que se llama Miguel Ángel. Fue concebido por fecundación in vitro (FIV) y Mary fue la gestante. Nos habría encantado tenerlo por el método ROPA (Recepción de óvulos de la Pareja), que consiste en fecundar el óvulo de una y gestarlo en el útero de la otra, pero no está cubierto por la Seguridad Social en la Comunidad Valenciana, y no nos lo podíamos permitir por la privada.

En 2017, empezamos a probarlo a través de la inseminación artificial, que se puede intentar hasta seis veces. Pero cuando Mary llevaba cuatro intentos fallidos, estaba muy afectada anímicamente, así que pedimos dejar de intentarlo y probar con la FIV. Lo conseguimos a la primera y con gemelos, pero por desgracia tuvo un aborto gemelar. Finalmente, Mary se quedó embarazada al segundo intento y en mayo nació Miguel Ángel, con menos de un kilo de peso.

Nos sentimos afortunadas de haber cumplido nuestro sueño de ser madres por la vía pública, ya que hace unos años, con el antiguo gobierno, no lo habríamos podidohacer. Pero no hay que olvidar que, a pesar de hacerlo todo por la pública, tuvimos que pagar aparte el semen del donante (ahora también está cubierto por la Seguridad Social) y los desplazamientos, que en total fueron 5.000 €.

Por otra parte, nosotras empezamos a buscar el bebé a una edad correcta para ser madre, y aún así tuvimos dificultades para que Mary se quedara embarazada, y más cuanto más pasaba el tiempo. Entiendo perfectamente que tenga que haber una lista de espera de algunos meses porque hay muchísimas solicitudes, pero sabemos de casos de mujeres que han tardado un año y medio en ser contactadas por los servicios de reproducción asistida. Si por ejemplo una mujer soltera decide ser madre a los 40 años, seguramente no lo logrará por la vía pública.

Ante esto, me quiero dirigir a los miembros de las Cortes Valencianas, ya que somos de la Comunidad Valenciana y son nuestros representantes en la asamblea, para que se inviertan más recursos en servicios de reproducción asistida y así agilizar las listas de espera, y cubrir todos los gastos, de modo que todas las mujeres tengan la oportunidad de ser madres, sin importar la edad ni el nivel de ingresos.

Soy consciente de que la pandemia ha afectado a todos los servicios, entre ellos los de reproducción asistida, y por supuesto se deben tomar medidas para evitar que el virus se propague, pero tampoco hay que olvidar que el tiempo sigue pasando, y muchas mujeres pierden la oportunidad de tener hijos por estar esperando demasiado tiempo y no poder permitirse ir por la vía privada. Luchemos para que ser madre por reproducción asistida no se reduzca a “esperar o pagar”.