Me llamo Almudena y vivo en Zaragoza. En marzo de 2019 me diagnosticaron un cáncer de mama catalogado como HER2 positivo con receptores de hormonas negativos localizado en el pecho derecho. Los profesionales que me trataron querían que entrara en algún estudio sustitutivo de los tratamientos comunes debido a las características que presentaba mi tumor, pero finalmente no pudo ser. Así que para empezar recibí seis sesiones de quimioterapia cada 21 días, después me operaron y me hicieron una tumerectomía mamaria, una cirugía a partir de la cual se extrae el cáncer mientras se conserva tanto del seno como sea posible. Finalmente, recibí 15 sesiones de radioterapia.

La quimioterapia me provocó dolores abdominales muy fuertes, causando diarreas y como consecuencia deshidratación. También mucho cansancio. Aun así, considero que llevé todo el proceso con mucha entereza porque cuando me noté el bulto ya me imaginé lo peor, así que al final no fue tan malo. Acabó siendo un año malo. En octubre de 2019 terminé con los tratamientos en cuestión y empecé a tratarme con inyecciones de defensas. Actualmente no recibo tratamiento debido al hecho que el cáncer que tuve no es hormonal. Hago revisiones cada cuatro meses y de entrada estoy libre de enfermedad. Una de las secuelas mas importantes que me ha quedado, aparte de la intervención en el pecho, es un linfedema en el brazo. Me quitaron tres ganglios de la axila para ver si alguno estaba infectado y a raíz de esta acción el brazo se me empezó a quedar dormido, a hincharse de vez en cuando, lo noto pesado a veces, etc. Me hicieron una manga compresiva a medida y lidio con esto.

Una de las cosas que desde que empecé a tratarme he echado en falta es que se ofrezca un servicio de estética oncológica. No es solo el hecho de que se te cae el pelo y de que a lo mejor decides que quieres ponerte una peluca o un pañuelo; está el tema de los efectos sobre la piel que generan la quimioterapia y la radioterapia. Hay que comprar muchos productos específicos para cuidar la piel y no se financia nada en este sentido. Creo que es muy importante teniendo en cuenta que la persona enferma ya tiene bastante con luchar con la situación como para añadirle esta preocupación. Sería muy interesante que se ofreciera el servicio de una persona especializada en estética oncológica a todos los pacientes de cáncer. Es por esto que me dirijo a los políticos de las Cortes de Aragón, ya que son quienes me representan, para que respondan: ¿Por qué no se garantiza un acompañamiento estético para lidiar con los efectos que generan sobre el cuerpo los tratamientos de quimioterapia y radioterapia?