Hola,

Me llamo Amalia y tengo 56 años, nací en Venezuela, pero Canarias me adoptó desde hace muchos años. En el año 2016 empecé a hincharme y acudí a la Seguridad Social en numerosas ocasiones. Los médicos en ese momento no sabían por qué e incluso llegaron a decirme que era alérgica al 75% del ambiente, así que me pinchaban Urbason, corticosteroides, y me mandaban a casa. Tal era la hinchazón que tuve que dejar de trabajar, empecé a encontrarme peor y estuve dos meses con diarrea. Volví a acudir a la Seguridad Social en agosto del 2017 pero no me daban cita para una colonoscopia hasta marzo del año siguiente. Así que decidí hacerme un seguro privado y pedir cita en ginecología y digestivo. 

Tras hacerme las pruebas pertinentes me detectaron un cáncer en el canal anal de Grado IV con metástasis en la vagina, vejiga y en los ganglios de la zona. El problema a la hora de comenzar el tratamiento es que el seguro privado no me lo cubría ya que lo había contratado muy recientemente. Después de 15 semanas de quimioterapia y 36 sesiones de radioterapia, las secuelas en mi cuerpo son terribles. 

Tengo todas mis partes quemadas, no puedo tener relaciones sexuales, llevo pañales, y en ese momento no podía andar porque se me desprendía la piel. El 7 de julio de 2017 terminé mi tratamiento, y semanas después viajé a México para poder asistir a la boda de mi hijo. A media hora de aterrizar, se me rompieron unos accesos del ano. Un dolor indescriptible que hizo que durante 14 días mis heces salieran por esos agujeros que se habían formado, en vez de por el ano. 

A mi llegada a España, el 11 de septiembre de ese mismo año, el cirujano me vio y decidió operarme de urgencia, me quitaron el sacro, y me pusieron una bolsa de por vida. Esa operación hizo que quedará un hueco que me impedía caminar por los dolores y porque al caminar mis intestinos se movían por ahí. El médico me aseguró que tenía que seguir luchando y que hasta dentro de tres o cuatro años no iba a poder ser operada. Me bajaron las plaquetas y estuve dos meses en cuidados paliativos. A los 11 meses me operó el cirujano plástico para cerrarme el hueco y volví a caminar. El problema son las secuelas, los dolores musculares causados por el linfedema que no me dejan moverme normalmente, he tenido que empezar un tratamiento hace poco ya que con el confinamiento porque se endureció la linfa y podía hacer colapsar los órganos. 

La cuestión es que las autoridades no tienen en cuentan el después, las secuelas de estos tratamientos y estas enfermedades. Sí, estoy viva y sigo luchando por la vida, pero estoy en una gran inestabilidad económica y laboral. Porque a pesar de tener un 65% de incapacidad quiero trabajar y lo he intentado pero el esfuerzo de hoy hace que tenga que estar en cama los 15 días restantes. No me puedo responsabilizar de un trabajo. 

Por eso desde aquí me dirijo al Parlamento de Canarias, porque son mis representantes políticos, quiero reivindicar que a la hora de pedir la pensión no nos miren como números, sino como personas con nuestras circunstancias, no todos los enfermos estamos en las mismas condiciones. Con 360 euros al mes de pensión tengo que vivir, comer, pagar un alquiler…  Por eso se necesitan más recursos para estas ayudas y que se estudien uno a uno los casos particulares.

Con todo ello no dejo de luchar y buscar siempre una salida a esta situación, pero a veces las secuelas nos hacen que las fuerzas algunos días nos flaqueen. Por eso políticos del Parlamento canario: ¿Cuándo se invertirán más recursos en ayudas para los enfermos que sufren las secuelas del cáncer? ¿Los parlamentarios canarios tienen en mente destinar en el 2021 más ayudas a estas personas? 

Por favor, ayúdame a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si consigo 500 apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Parlamento Canario, los cuales me tendrán que dar una respuesta en esta misma web.