Hola, me llamo Amanda y recurro a Osoigo para denunciar las pésimas condiciones laborales de todas las mujeres que queremos ser madres y a las que se nos obstaculiza el camino durante el embarazo y después de dar a luz. Es indignante que a día de hoy tengamos que luchar contra la mutua y contra nuestras propias empresas para conseguir una conciliación que cada día vemos más lejos. 

Yo soy mamá de una nena de seis meses y mis desencuentros con la mutua empezaron a los pocos meses de estar embarazada. Mientras estaba en mi puesto de trabajo, en el sector de la hostelería, sufrí un sangrado y me dirigí al médico. Una vez allí, me dijeron que tenía bastante riesgo de pérdida del bebé y me dieron la baja por la seguridad social. Cuando fui a la mutua con el parte médico en el que se informaba claramente de mi situación, se me denegó la baja laboral por esta vía, lo que suponía que iba a seguir cobrando menos de la mitad de mi sueldo. Un mes después me volví a incorporar al trabajo hasta las 25 semanas de embarazo, estando toda la jornada de pie, a altas temperaturas y sin apenas descansos.

Tras el parto, a las 16 semanas  me tocó volver a mi puesto de trabajo, como a la mayoría de las madres. Pedí un cambio de jornada para poder conciliar mi vida laboral con mi vida como madre lactante, sin embargo, en mi empresa se negaron a darme cualquier tipo de facilidad.  Me propusieron dos soluciones: adaptar el turno de lactancia de mi bebé a las necesidades de la empresa o dejar mi empleo de forma voluntaria. Indignante se queda muy, pero que muy corto. 

A día de hoy, y tras una experiencia traumática, me han diagnosticado depresión posparto y tengo que convivir con todas sus consecuencias. También sigo trabajando para poder sacar a mi familia adelante, acabando a altas horas de la noche y sin poder pasar apenas tiempo de calidad con mi hija. 

Me dirijo a los políticos del Parlamento de Canarias para pedirles, por favor, que pongan más facilidades para la conciliación laboral con la maternidad. Es necesario que haya un reglamento que todas las empresas deban cumplir, para que las madres no nos veamos ancladas a anteponer las necesidades del trabajo al cuidado de nuestro bebés. También, pido que se revise el procedimiento de la mutua, que debería de ser un organismo que mira por las trabajadoras, sin embargo, parece ser todo lo contrario. Estamos hartas de que nuestros derechos como mujeres y como madres sean factores dependientes del funcionamiento económico de una empresa.