Hola, 

Soy Ana, tengo 40 años y os escribo desde Pineda de Mar, en Barcelona. Tras más de un año y medio entre diagnósticos, tratamientos y hospitales, puedo decir que estoy en la fase final de mi lucha contra el cáncer de mama. Lo cierto es que mi cuerpo y mi mente han respondido muy bien a los tratamientos, pero mis primeros encuentros con el cáncer me trajeron de cabeza. Me topé con una serie de contradicciones médicas y diagnósticos inexactos que me generaron mucha desconfianza, e incluso miedo ante lo que me tenía que enfrentar. 

Todo empezó cuando me palpé un bultito en el pecho. Yo acudía a revisiones ginecológicas periódicas y recuerdo bien las manidas frases de “esto no es nada”, “no hay que darle más importancia”… Pero tras detectar este bulto, le pedí a mi doctor que si podía verlo y quitármelo. Me derivó a una cirujana y me extrajeron el bultito en una clínica cercana. Sin mayores complicaciones, pues aparentaba “no ser nada”, aunque lo analizarían y me darían los resultados en unos días. 

Pasé una semana algo complicada tras la intervención. Me dolía el brazo, sentía muchas molestias trabajando. Y así hasta que acudí a las tres semanas a conocer el resultado. Acudí sola, porque “no era nada”, y recuerdo las palabras de mi doctora: “Ana, esto nos ha llevado al huerto y… tienes cáncer de mama y la mutua no está preparada para esto”. No podéis imaginar cómo me sentí, tan bloqueada y aturdida por la noticia. Ella empezó a plantearme opciones, de dónde acudir, con quién operarme, etc. Al final decidí que ella me operara en el pueblo cercano a mi lugar de residencia. 

Tras operarme, enviaron mi tumor a Estados Unidos para analizarlo, y entonces empezaron de nuevo los diagnósticos inexactos, las contradicciones y la falta de coordinación. Inicialmente me comunicaron que no iba a necesitar someterme a quimioterapia, que no era necesario. Pero tras analizar posteriormente el ganglio que estaba junto al tumor, este apareció afectado en grado 3. La historia cambiaba: tendría que recibir quimio y radio. ¿Cómo procesar todo esto? La desconfianza, la frustración y la incertidumbre me inundaron… 

Afortunadamente, tras esos traspiés iniciales, todo ha marchado muy bien. Cambié de hospital y de oncólogo, y me tratan desde entonces en el ICO (Instituto Catalán Oncológico) Badalona. Me pautaron un tratamiento específico, y lo cierto es que mi cuerpo ha respondido muy bien. Además de mi mente. Mi optimismo ha sido clave en el proceso. A día de hoy, puedo decir que casi un año y medio después, he acabado la quimio y la radio, y estoy a la espera de la reconstrucción mamaria para poner fin a este trance. 

¿Por qué os cuento mi historia? Porque la prevención y la detección precoz es clave, así como la profesionalidad, confianza y seguridad que deben ofrecer los equipos médicos. Estamos hablando de vidas humanas, de enfermedades que dan un vuelco a tu vida. Un diagnóstico inexacto te cambia la vida. ¿Cuándo recibiremos todos los pacientes una atención justa y adaptada a nuestras necesidades?

Y, por otro lado, también quiero dirigirme desde aquí a mis representantes políticos en el Parlament de Catalunya, para expresar otra de las cuestiones que me ronda la cabeza. Yo soy autónoma. ¿Sabéis lo que eso supone? Tengo que subsistir con una paga muy inferior al que era mi sueldo antes de la enfermedad. Y, ¿sabéis qué? No podré realizar mi oficio cuando supere la enfermedad. Me gustaría reivindicar que se destinen mayores recursos desde la Administración pública a ayudas dirigidas a los pacientes oncológicos, sin desatender a los autónomos. Y desde aquí me gustaría también reclamar mayores campañas de información y apoyo dirigidos a todos aquellos pacientes que, como yo, tienen que hacer frente a esta enfermedad y todas sus secuelas. 

A día de hoy la incertidumbre me invade. No sé qué me espera en el futuro, ni hasta dónde responderá mi cuerpo a la hora de desempeñar un oficio. ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo se invertirán más recursos en ayudas para los pacientes oncológicos? ¿Y cuándo habrá mayor información, apoyo y ayuda para las personas que padecen cáncer?