Pregunta para Congreso de los diputados
Soy Ana y sufro síndrome de dolor regional complejo. ¿Por qué en nuestro país no se destinan recursos a la investigación de esta dolencia?
Hola, me llamo Ana, vivo en Manresa y tengo 35 años. Desde hace siete meses me diagnosticaron síndrome de dolor regional complejo en el pie, que se me desarrolló tras un accidente laboral en el que mi pie fue aplastado por un traspalé eléctrico de 1.000 kilos.
Durante estos siete meses he tenido una lucha continua con los médicos de la mutua a la que pertenecía mi empresa, entre otras cosas, debido al trato recibido. Mientras que los médicos de la mutua achacaban la ansiedad que yo había desarrollado a problemas familiares, la psicóloga a la que acudía había dejado claro en su informe que mi ansiedad había sido provocada por mi accidente.
La realidad es que mi ansiedad viene derivada de mi incapacidad de poder trabajar debido a este accidente, y del sentimiento de culpa que tengo por no poder ocuparme de mi propia familia.
Aunque, formalmente, en la actualidad, tengo el alta para poder trabajar, ya que mi traumatólogo llegó a decir que esto se me curaría trabajando, los dolores son tan fuertes que no puedo mantenerme en pie demasiado tiempo y, menos todavía, desarrollar trabajos como el que tenía, en el que tenía que estar de pie horas y horas.
Todo esto a nivel personal me ha minado bastante. He tenido que dejar de trabajar, he tenido que meter a mi hija pequeña en una guardería para poder descansar y he tenido que dejar de hacer deporte, que me encantaba.
Gracias a la seguridad social he podido mejorar un poco mi situación, pero, al ser un dolor neuropático y al no existir ningún tipo de investigación enfocada a desarrollar un tratamiento en España, lo único que han podido suministrarme han sido medicamentos paliativos e incluso opiáceos.
Por eso pido al Congreso de los Diputados que se inviertan más recursos para la investigación de este síndrome. Somos muchos los que lo padecemos, desde gente adulta que ha perdido sus trabajos y gran parte de su calidad de vida, hasta niños que han perdido su infancia y adolescencia debido a las limitaciones que provoca el síndrome de dolor regional complejo.
Es necesario que se investigue más sobre nuestro síndrome, principalmente por la falta de información que tienen los propios sanitarios y, además, para evitar situaciones como la mía, en la que me han llegado a decir que los dolores que yo tenía eran psicológicos y que podía trabajar perfectamente.
Al igual que todos los que padecemos esta dolencia, solo quiero recuperar la vida que tenía anteriormente.