Pregunta para Congreso de los diputados
Soy Ana, tengo 28 años y hace 2 me amputaron una pierna. ¿Cuándo garantizarán prótesis de calidad en la Seguridad Social, o darán ayudas para costeárnoslas?
Mi nombre es Ana, soy de Toledo y tengo 28 años. Hace dos años tuvieron que amputarme la pierna derecha, algo que no ha sido fácil pero que he sobrellevado con positivismo. Quiero compartir mi testimonio para visibilizar esta situación, y exigir medidas para mejorar nuestra calidad de vida.
Cuando tenía 23 años me encontraron un bulto detrás de la rodilla. Se trataba de un tumor benigno, por lo que en principio no había nada que temer. Sin embargo, debido al sitio donde estaba, era un poco peligroso, ya que podía obstruir venas y arterias. Me lo extirparon en el hospital de Toledo, aunque dejaron un trocito dentro porque era una zona de difícil acceso. Cuando éste trozo tiene un espesor mayor a 16mm, hay riesgo de que haya alguna célula maligna con el tiempo. Me dijeron que haríamos una revisión cada 6 meses para comprobar que todo estaba bien y que no me preocupara.
Aunque me recuperé correctamente, al cabo de un tiempo empecé a notarme más cansada cuando caminaba. No me habían llamado para una revisión, y empecé a sospechar que algo no iba bien. Traté de presionar para que me dieran hora para las pruebas (que me habían prometido que serían cada 6 meses) y finalmente accedieron.
Habían pasado dos años.
Como me temía, en el hospital de Toledo me comentaron que el bulto había crecido. Me derivaron al Hospital de la Paz de Madrid, en la Unidad Especializada en Tumores Óseos, algo que deberían de haber hecho desde el principio.
Allí me confirmaron que efectivamente era demasiado tarde. Este tipo de tumores si se vuelven agresivos pueden afectar a los pulmones. Me dijeron que la única solución era la amputación.
Tuve seis días para asimilarlo. En cierta forma, creo que lo sobrellevé por mi personalidad optimista, y porque desde pequeña lo he vivido de primera mano con un miembro de mi familia.
Después de la amputación, pasé los tres primeros meses en silla de ruedas. Fue un verdadero cambio para mí. Como arquitecta, me di cuenta de las barreras arquitectónicas que se encuentran las personas que no pueden andar y de lo mal adaptados que están muchos sitios.
Poco a poco empezaron a darme algunas prótesis. Como el muñón va cambiando constantemente, pasa un tiempo hasta que no das con la prótesis definitiva. Finalmente di con la prótesis que llevo actualmente, que tiene rodilla inteligente. Se trata de la más apropiada para poder hacer una vida normal y adecuada. Empecé a aprender a caminar con ella, y ahora mismo ya lo tengo automatizado y tengo una muy buena movilidad.
Sin embargo, estas prótesis tienen un alto coste, y la seguridad social solo cubre un 15% de ellas. Con suerte, pueden durar unos años, pero más o menos cada 5 años hay que ir cambiándolas. Yo ahora mismo me he podido permitir la que tengo ahora, pero quién sabe lo que puede pasar más adelante.
A día de hoy, el catálogo de la Seguridad Social ofrece unas prótesis de muy baja calidad. Con ellas es muy difícil andar y casi no tenemos movilidad. Hay mucha gente que no se puede permitir una buena prótesis y se ve en una situación muy precaria.
Dependemos completamente de la economía para poder ser felices.
Por este motivo, me dirijo a los políticos del Congreso de los Diputados para que destinen más recursos en mejorar la calidad de las prótesis que ofrece la Seguridad Social, o que dén más ayudas para poder acceder a ellas.