Pregunta para Cortes de Castilla-La Mancha
He superado un cáncer de mama diagnosticado a los 39 años con mal pronóstico. ¿Por qué no se aumenta la partida presupuestaria destinada a la investigación, además de adelantar la edad en la que empieza el cribado de detección de cáncer de mama?
Me llamo Ana Pilar y vivo en una zona rural de Castilla-La Mancha. En julio de 2019 empecé a notar dolor en la zona que une el pecho con la axila izquierda. Acudí al médico y después de explorarme, consideraron que este síntoma era derivado de un endurecimiento del tejido mamario a raíz de haber dado pecho a mi hijo. Decidieron que no era necesario hacer revisiones ni seguimiento de lo mencionado, pero después de un año, empecé a notar un dolor extraño en el brazo. Yo trabajaba en la hostelería como camarera, y como era verano achacaba el dolor al trabajo. Además, me palpaba la zona y no notaba nada. El dolor fue incrementando con el tiempo. A medianos de agosto de 2019 noté un pinchazo muy fuerte en la zona de la axila y al explorarme, percibí un pequeño bulto. No le di importancia porque era menor que un grano de acné.
Finalmente, en agosto, mientras hacía la prueba del vestido para la boda de mi hermano, vi que tenía la zona dónde me habían dicho que tenía el tejido mamario endurecido un poco vaciado. Entonces me palpé la axila y noté un segundo bulto, además de que el primero había crecido. Acudí al médico de cabecera, que al verme me derivó directamente a urgencias. Allí me exploraron y decidieron darme cita la semana siguiente para hacerme una mamografía y una ecografía mamaria. Después de hacerme las pruebas en cuestión, a medianos de septiembre, me llamaron para hacerme una resonancia con contraste, una punción y tres biopsias. A medianos de septiembre ya me indicaron que creían que el tumor de la mama sería maligno.
A principios de octubre me dieron el diagnóstico de cáncer de mama hormonal en estadio III. Me indicaron, entonces, que tendrían que extirparme el pecho y que necesitaría recibir un tratamiento de quimioterapia. A medianos de mes empecé con la quimioterapia que se compuso de seis sesiones agrupadas en dos ciclos. Después de las dos primeras sesiones me hicieron un control rutinario y vieron que el tratamiento estaba funcionando bien, así que siguieron suministrándome la misma quimioterapia. A principios de febrero, cuando terminé, me hicieron una resonancia para preparar la intervención quirúrgica y vieron que los ganglios de la axila se habían hecho inmunes a la quimioterapia, así que la operación fue más dura de lo que se esperaba. Tenía 11 ganglios afectados y algunos con rotura capsular.
Después de esto llegó la pandemia de la Covid-19 y no fue hasta después de los meses de confinamiento que recibí 25 sesiones de radioterapia. También fue después de la pandemia que empecé la rehabilitación del brazo. Una vez finalizada la radioterapia, tuve que tomar un tratamiento de quimioterapia oral que se compuso de 8 ciclos con el objetivo de limpiar al máximo la zona. En estos momentos, aunque estoy limpia de enfermedad, estoy tomando un tratamiento hormonal que de entrada se alargará 10 años y me hacen revisiones rutinarias de control cada tres meses.
La atención sanitaria que recibí des del momento del diagnóstico en el Hospital de Cuenca fue excelente. Considero que hay calidad humana y fue todo de maravilla. Aun así, considero que hay aspectos que se deberían de poner sobre la mesa de las instituciones, como la necesidad de adelantar la edad en la que se empieza a acceder al cribado público destinado a la detección temprana del cáncer de mama; no todos los cánceres empiezan a los 45 años, muchos empiezan antes y el hecho de retrasar las pruebas diagnósticas solo porque por edad no estás dentro de los indicadores de una estadística puede conllevar una complicación muy seria de la enfermedad. Además, creo que el acompañamiento económico (sobre todo relacionado en la afectación del proceso sobre el ámbito laboral de los pacientes oncológicos), así como las ayudas disponibles, deberían de revisarse, además de facilitar el acceso a las mismas. Finalmente, considero que se debería de dedicar una partida presupuestaria considerable a la investigación, ya que es determinante para frenar el avance del cáncer, así como para mejorar los tratamientos relacionados.
Es por todo lo presentado que me dirijo a los políticos de las Cortes de Castilla-La Mancha, puesto que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué no se aumenta la partida presupuestaria destinada a la investigación, además de adelantar la edad en la que empieza el cribado de detección de cáncer de mama?