Pregunta para Congreso de los diputados
"Todo empezó con una ducha" describe cómo el CÁNCER entra en tu vida y lo arrasa TODO. ¿Cómo enfrentarse a un tratamiento tan nocivo?
"Todo empezó con una ducha" es un relato breve de una historia real, todo empezó con una ducha describe cómo todo puede cambiar de la noche a la mañana, literalmente. La enfermedad no entiende de edad, de género o de raza, y por eso nos puede afectar a TODOS. Un mal día el CÁNCER entra en tu vida sin llamar a la puerta, simplemente entra en ti y lo arrasa TODO.
Un día cualquiera, al entrar en la ducha, te encuentras un pequeño bulto en un pecho, y este simple gesto hace que toda tu vida de un vuelco. Tienes 28 años, un estilo de vida sano y activo, y careces de antecedentes familiares de cáncer de mama, por lo que lo primero que piensas al tocarte, es que eso no te puede pasar a ti. Pero ninguno de estos criterios te ha librado de padecer un cáncer de mama, solo ha reducido los riesgos, pero finalmente la enfermedad se ha reproducido en ti, y todos tus planes de futuro a corto plazo se rompen, toda tu vida da un vuelco y debes replantearte tu proyecto de vida en un futuro inmediato.
Todo empezó con una ducha el día 1 de febrero al palparme el pecho, tras varios días de reflexión y llanto, decido acudir a mi médico de cabecera para pedir la opinión de un profesional. Éste, confirma las sospechas de que podría tratarse de algún tipo de tumor, por lo que me deriva de urgencia a Ca. de mama. El 22 de febrero, tras haberme realizado una biopsia y una resonancia, me dan los resultados que corroboran la peor de las sospechas, padezco cáncer de mama en el pecho derecho, el tumor es grande y crece deprisa.
Tras un mes en lista de espera para entrar en quirófano, un mes de dudas, de temor, de incertidumbre y de mucha búsqueda de información, el 22 de marzo se me realiza una mastectomía. La mastectomía es la cirugía que extirpa el seno. Hay diferentes tipos de mastectomías, en función de cómo se realiza la cirugía y cuánto tejido se extrae. En mi caso se ha realizado una mastectomía subcutánea, lo que ha permitido una reconstrucción mamaria con prótesis. Este procedimiento ha sido posible gracias a la detección del cáncer en una etapa temprana. La prevención y la detección del cáncer son vitales.
En medio de todo este maremágnum de nuevas sensaciones, por primera vez en mi vida siento que mi cuerpo tiene mucho que decir. Eso en parte me consuela y me enorgullece, porque creo que con mis cicatrices puedo ayudar a otra persona que tenga miedo de tenerlas. Ante esta nueva situación en mi vida, he decidido no rehuir y esconderme de la enfermedad, sino plantarle cara y mostrarme más fuerte que nunca. Una actitud de optimismo, fortaleza, lucha y superación es la mejor forma de afrontar un golpe tan duro. Me han llamado valiente por contar mi historia. VALENTÍA es la cálida respuesta que he recibido al alzar mi voz, y esa valentía me brinda energía cada mañana para superar este nuevo bache. Por eso quiero hacer de ella el punto de apoyo para el resto de personas que la necesiten.
Ésta es una historia que por desgracia, se repite con frecuencia, pero son historias que por lo general se ocultan, se esconden y se cubren con vergüenza. En mi opinión, no deben tomar ese sentido, porque no somos culpables de nada malo, por lo que no debemos avergonzarnos de absolutamente nada. Son historias que deben salir a la luz, porque cada una de ellas es una historia única, pero todas ellas son ejemplos que servirán a todas las personas que vendrán detrás y comenzarán una batalla similar. Quiero ser amparo y sostén de toda aquella persona que se lea a sí misma en mis líneas, de toda paciente que comience una batalla similar. Cada historia que voy conociendo de superación y lucha en esta batalla me ayuda a combatir en la mía, por eso he decidido DESTAPARME y mostrar también mi batalla, porque espero ayudar a alguna joven que venga detrás.
Ahora, tras la operación, me encuentro tan solo al inicio de un largo camino todavía por recorrer. Un largo período de tratamiento preventivo, la quimioterapia, que supondrá un cambio total en mi vida. Un proceso de meses de duración lleno de cambios físicos, efectos secundarios, incertidumbres, dudas, temores y seguro, mucho apoyo psicológico. Este tratamiento preventivo supondrá muchos cambios a corto y medio plazo en mi vida. Un día tu vida es casi perfecta y, al día siguiente, todo se desmorona y debes aparcar a un lado, y durante un tiempo, todos tus planes de crecimiento laboral, pero sobre todo, y lo que es más duro, tus proyectos de creación de una familia, y esto, al menos durante los próximos 5 años, ya que un tratamiento hormonal, sumado a los efectos nocivos de la quimioterapia, te lo impedirán.
Una vez operada, los médicos lo expresaron claramente: “ya estás curada”. En verdad estoy curada, y debo estar contenta por ello, pero lo cierto es que lo que a mí me quita el sueño cada noche no es la enfermedad, sino el tratamiento preventivo al que pronto me enfrentaré. ¿Cómo puede causarme más temor un tratamiento médico que la propia enfermedad? ¿Irónico verdad? Pues ésta es mi realidad.
Esto me hace plantearme muchas dudas sobre el porqué. ¿Por qué un tratamiento preventivo de una enfermedad de la que ya estoy curada, y que es poco probable que se vuelva a reproducir en mi cuerpo, debe causarme tantos efectos secundarios? ¿Por qué un tratamiento preventivo de una enfermedad tan antigua como la propia humanidad, es tan nocivo para la salud? ¿Por qué un tratamiento preventivo y no una cura?
La respuesta a todas estas preguntas me resulta muy sencilla: Porque hace falta más financiación para la investigación contra el cáncer. ¡La necesitamos ya y la necesitamos todos!
Por eso desde aquí, quiero pediros vuestro apoyo para hacer llegar mi petición al Congreso de los diputados:
¿Podrían destinarse más recursos y financiación a la investigación contra el cáncer para lograr desarrollar tratamientos que no sean tan nocivos como los tratamientos tradicionales?
¡Lo necesitamos ya, y con tu apoyo podremos lograrlo!