Me llamo Andrea y mi hija, Candela, está superando un Linfoma de Hodgkin.

Hace aproximadamente un año, Candela, de 10 años, empezó a sentir fuertes dolores de estómago por las noches, unas dos horas después de cenar. Acudimos en varias ocasiones a urgencias y a su médico de cabecera, pero siempre nos decían que posiblemente fueran gases.

A finales de julio decidieron ingresarla, ya que los dolores no desaparecían, y empezaron a realizarle diferentes pruebas adelantándonos que, posiblemente, Candela tuviese una leucemia. En cambio, los resultados de las pruebas eran normales y nos enviaron a casa. 

Pasado el verano, los dolores de estómago desaparecieron pero empezó a quejarse mucho de la espalda. Además, se sentía muy cansada y el tono de su piel se volvió amarillento. Yo la seguí llevando al pediatra, pero seguían sin dar con la causa que le estaba generando tanto malestar a mi hija.

Un día, en el mes de enero, a Candela se le hinchó el cuello de forma exagerada. La llevé de nuevo a Urgencias y rápidamente nos enviaron a planta, dónde volvieron a realizarme todo tipo de pruebas. Tras analizar una muestra del bulto del cuello le diagnosticaron un Linfoma de Hodgkin IIIS.

Aunque inicialmente nos dijeron que tendrían que administrarle seis ciclos de quimioterapia, finalmente solo le dieron cuatro, ya que al terminar este le hicieron un PET TAC que, por suerte, salió muy bien. Ahora está recibiendo radioterapia en el cuello, con la que esperamos que todo esto termine.

Entre los dolores y el malestar que sufrió mi hija hasta que le diagnosticaron la enfermedad, y los tratamientos que ha tenido que recibir desde entonces, prácticamente no ha ido al colegio en todo el año. Y aunque la Xunta de Galicia nos ha facilitado un profesor que viene a casa una vez a la semana, tanto mi hija como yo consideramos que no se adapta bien a las necesidades de los niños que están atravesando esta enfermedad, pues en muchas ocasiones los horarios coinciden con los tratamientos, y las jornadas son demasiado largas para una persona que está recibiendo quimioterapia o radioterapia.

Por ello, con esta iniciativa pido al Parlamento de Galicia que aumente la inversión en investigación del cáncer infantil y facilite a los niños que lo están atravesando recursos educativos adaptados a su situación y necesidades.