Pregunta para Congreso de los diputados

Los niños y los jóvenes también tenemos cáncer, y sí “hay que darle importancia a los síntomas”. ¿Cuándo se acelerará la atención precoz?

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Ane Barinaga Herrero Pregunta de Ane Barinaga Herrero

Hola,

Me llamo Ane, tengo 23 años y soy de Amurrio, un pueblo de Álava. Y estoy venciendo un Linfoma de Hodgkin. Hace poco más de un mes finalicé el tratamiento de quimioterapia y estoy a la espera de un pet-tac que confirme que puedo, por fin, retomar mi vida y mis estudios.

En mayo de 2020, inmersa en los exámenes de final de carrera y la realización de mi Trabajo Final de Grado, me noté un bulto inflamado en la axila. No me preocupé en exceso, pero llamé a mi médico de cabecera para comentárselo. En plena desescalada, sus palabras fueron que “no había que darle importancia”. Así, me gradué como maestra de Educación Infantil. Y mi plan era mudarme a Madrid para estudiar Artes Escénicas, pero en el mes de julio empecé a notar otro tipo de sintomatología. Me realicé una analítica que a priori no indicaba nada extraño, pero lo cierto es que había datos que hacían sospechar una enfermedad, aunque mi médico de cabecera no supo verlo.  Y comencé a tener febrícula, mucho cansancio, sudores nocturnos…y toda una serie de síntomas que indicaban que algo no marchaba bien. Así que decidí ir a Urgencias, y allí una radiografía confirmó lo peor: tenía un tumor del tamaño de una pelota de tenis en el tórax. Más tarde confirmarían que se trataba de un linfoma de Hodgkin.

Tras varios meses en tratamiento de quimioterapia, espero que las próximas pruebas confirmen la remisión completa, para así poder retomar mi vida normal, y poder realizar la preinscripción en mis nuevos estudios. Porque el cáncer llega y para tu vida en seco. Y cuando eres tan joven, sencillamente no te esperas que te pueda pasar a ti. Al final con 20 años solo piensas en estudiar, salir y vivir. Siendo joven la salud es algo que das por sentado, ni siquiera entra en tus planes. Y, afortunadamente, el linfoma de Hodgkin es un cáncer con un diagnóstico favorable. Y vives el proceso pensando en un futuro, asumiendo que tu vida se parará durante unos meses para después continuar, pero no todos los diagnósticos te permiten esto. ¿Cómo se asume y se gestiona a esta edad algo así? Yo misma experimento nuevas sensaciones cada día, y busco y conozco historias similares para tratar de entender qué me podrá ocurrir o qué fases podré vivir en los próximos meses. Todo es tan inesperado que a menudo necesitamos referencias. 

Porque sí, al final los niños y los jóvenes también tenemos cáncer, y no queremos nunca escuchar que “no hay que darle importancia” a algún síntoma, por mínimo que sea. Por eso desde aquí, desde mi vivencia personal, me gustaría dirigirme a nuestros representantes políticos en el Congreso de los Diputados para plantearles la siguiente pregunta: ¿Cuándo se acelerará la atención precoz? ¿Cuándo se invertirán más recursos para que los médicos puedan dedicarle tiempo y pruebas a todos los síntomas que les presenten sus pacientes? En muchos casos, un diagnóstico temprano puede salvar una vida.

La pandemia, como bien sabemos, ha provocado que muchos casos de cáncer no se diagnosticaran. Muchos pacientes están muriendo de cáncer sin haber recibido siquiera un diagnóstico. ¿Cuándo se pondrá fin a esto? 

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