Mi nombre es Ángela Manzano, soy una alicantina de 28 años con una vocación completa hacia la fotografía.

Hace un año me vi abocada a comenzar un proyecto tan artístico como necesario: dar visibilidad a la realidad del cáncer. Estoy familiarizada con esta enfermedad en la medida en que, hace ya 14 años, mi madre padeció cáncer de mama, pero no ha sido hasta que conocí a Charlie (Carlos Sarriá), que sentí un impulso inaguantable de plasmar esta imagen, bella y cruda a partes iguales, para que llegara a los ojos de los espectadores.

El cáncer en sí mismo es duro, pero el cáncer en niños es devastador. Es una imagen que, a pripori, no entra dentro de los cánones de lo estético, de lo bello, pero nada más lejos de la realidad. Entendí que, realmente, sí podía llegar a ser una representación muy hermosa que brindara una muestra de fortaleza, superación y valentía.

Así lo sentí cuando vi a Charlie. En aquel momento quise, por primera vez, darle visibilidad a una realidad que es mucho más común de lo que pensamos. Luego, cuando conocí su historia y los dos cánceres que había superado siendo prácticamente un niño, no tuve dudas de lo maravilloso de su vitalidad, resistencia y resiliencia. Sentí por él una profunda admiración, y esta es mi forma de hacérselo ver a él y al mundo.

Las fotografías que le hice están publicadas tanto en mi Instagram como en mi página web, y las tengo en venta. De esta forma, el dinero que consigo con ellas va destinado para Charlie y para Aspanion, una asociación de voluntarios que ayuda a las familias donde existen casos de cáncer infantil aportándoles ayuda psicológica, inserción en la sociedad y alojamiento.

Este proyecto ha encabezado el que espero que sea el primero de muchos. De hecho, me gustaría llegar a hacer una exposición cuando la situación sanitaria así lo permita.

Lanzo esta campaña para pedir que la imagen que deja el cáncer en las personas, y en el especial en los niños, no sea motivo de estigma, sino que se aprecie como una realidad más, con normalidad. Para ello es necesario, a través de la educación, que se trabaje la concienciación ciudadana y la aceptación de lo ajeno.