Me llamo Anita, tengo 19 años y soy de un pueblo de Sevilla. Durante mi infancia y adolescencia he sido víctima de acoso escolar por parte de mis compañeros. Sufrí bullying en el colegio y en la ESO. 

Todo comenzó cuando tenía 10 años. Estaba en 3º de primaria y algunos/as compañeros/as se metían conmigo. Al principio pensé que era porque no tenía amigos/as, no me gustaba rodearme con la gente de mi edad y ellos/as me catalogaban como “rara”. 

Así estuve hasta los 13 años, yo era una niña un poco sensible y en el colegio lo pasaba muy mal, sin embargo, en el recreo estaba a lo mío y, al volver a casa, se me olvidaba. Pese a que los años posteriores el acoso se fue reduciendo, en 3º de ESO tuve que enfrentarme a un nuevo episodio. Durante el recreo un chico por casi me quema el pelo.

No entendía nada, yo simplemente me limitaba a ir a clase a aprender. Con el paso del tiempo, llegué a pensar que se metían conmigo por tener un hermano con autismo severo. Algo que es verdad, pero no entiendo como eso puede llegar a ser un motivo para acosar. 

Como víctima de bullying, creo que las instituciones deberían ampliar el plan de actuación frente al acoso escolar, para que ningún/a niño/a tenga que pasar por esto. 

Además, se deben implementar las charlas en diversidad e igualdad desde primaria. Que los/as chicos/as aprendan a respetar a todas las personas y no menosprecien a las personas autistas, a las que pertenecen al colectivo LGTBI o cualquier otro colectivo en riesgo de exclusión. Todos/as somos iguales y debemos ser respetados/as.