Pregunta para Europarlamento
Las niñas y niños están cada vez más expuestos a los peligros en la red. ¿Cuándo habrá un control real que garantice que las personas usuarias de plataformas digitales tienen la edad mínima requerida?
Me llamo Anna, soy de Barcelona y soy activista pro-derechos del menor. También soy presidenta de la Associació de Consumidors de Mitjans Audiovisuals de Catalunya, colaboradora de la Fundación Aprender a Mirar y autora del libro Respeta mi sexualidad, sobre los peligros a los que se exponen los menores en internet.
Los casos de abuso a menores de edad a través de las tecnologías se multiplican de forma preocupante: el grooming (conductas de adultos que se acercan a menores para satisfacer sus deseos sexuales, a través de plataformas digitales) ha crecido un 36,7% en un año, mientras que el sexting (envío de imágenes o vídeos de contenido sexual) se ha disparado un 25%, según un informe reciente de la Fundación ANAR.
Otro dato que impacta e incluso asusta es que, entre 2009 y 2016, el incremento del número de delitos de grooming junto al ciberacoso ha sido de más del 400%, según el mismo estudio. Actualmente, con la pandemia, el confinamiento y el aislamiento de niños, niñas y adolescentes, es muy probable que esta cifra sea mucho mayor. Cabe destacar, asimismo, que la mayoría de las víctimas son mujeres.
Una de las causas de estas situaciones tan graves es la progresiva hipersexualización de la sociedad, junto con la difusión de ciertos estereotipos femeninos, que obstaculizan el avance social de la mujer, mientras se agudiza la violencia de género. Según el informe sobre la Sexualización de las niñas (2012/22047 INI), este contexto favorece el aumento de los abusos sexuales y contribuye a desarrollar comportamientos sexuales agresivos y de violencia en general.
Además, el mundo online de las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea como WhatsApp y Telegram, entre otros, facilitan situaciones de control, así como el envío de imágenes o vídeos sexuales explícitos, que se exigen mediante coacción, chantaje o incluso amenazas de distribuir determinadas imágenes íntimas (extorsión sexual o sextorsión).
La exposición de los y las menores a contenido inapropiado puede producirles importantes efectos negativos: baja autoestima, fobia social, elección de amistades y parejas tóxicas, autolesiones, trastornos de la conducta alimentaria, depresión y, en el peor de los escenarios, suicidio.
Otro elemento a tener en cuenta es, como he dicho anteriormente, la edad a la que se empieza a acceder a dispositivos móviles: según el Instituto Nacional de Estadística, un 66% de menores entre 10 y 15 años tiene teléfono móvil. Si lo dividimos por franjas de edad, se traduce en el 22,3% de los menores de 10 años; el 38,1% de los de 11; el 63,9% en los de 12; el 84% de los de 13 años; el 92,5% de los de 14, y el 93,8% de los que tienen 15 años. Además, más de un 90% de los menores de edad tienen ordenador con acceso a internet.
Según la Ley de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales, aplicada en España tras la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en la Unión Europea, un menor de 14 años no puede abrirse una cuenta en una plataforma digital sin un consentimiento paterno. Sin embargo, en la práctica no existen mecanismos que verifiquen el cumplimiento de este requisito.
Ante esto, quiero dirigirme a los miembros del Parlamento Europeo para que se adopten medidas más contundentes respecto al acceso de las niñas y niños a las plataformas digitales. Solo así se podrá garantizar que las personas usuarias de las redes sociales tengan la edad mínima requerida, que en España es de 14 años.
En Italia, tras el suceso de una niña de 10 años que murió intentando superar un reto que era tendencia en TikTok, decidieron bloquear el acceso a esta plataforma hasta que no se ofrecieran garantías de que se podría controlar la edad de las personas que se hacen una cuenta allí. Creo que una medida como esta podría servir de ejemplo para el resto de países, ya que no somos conscientes de las graves consecuencias que puede tener la sobreexposición de los menores en las redes. La Unión Europea debería ser pionera y no esperar a que más casos como este se sigan repitiendo. Es el momento de liderar la regulación de las plataformas digitales.
Debido a la complejidad de este problema, es evidente que se debe abordar desde diferentes ámbitos. Por eso, aparte de un control en las plataformas digitales, también es importante trabajar en la concienciación y en la prevención, tanto para los menores como para los padres y madres. Para ello, el papel de las escuelas y de los medios de comunicación es de vital importancia.
Educación: hay que formar a las familias en la gestión de la privacidad e intimidad de la infancia, así como en la ciberprotección. En esta línea, desde la Fundación Aprender a Mirar y la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales organizamos un webinar titulado "Los (por)menores de TikTok" con Pablo Duchement, un perito judicial informático experto en acoso escolar y en TikTok. Decenas de familias contactaron con las entidades organizadoras y explicaron que, gracias a la información obtenida, habían decidido eliminar las cuentas de TikTok de sus hijas e hijos menores de 14 años. Además de estas formaciones específicas, desde ambas entidades ofrecemos formación e información a familias para la mejora del consumo audiovisual.
Medios de comunicación: se necesitan más campañas de sensibilización entorno a la edad mínima de acceso a las redes sociales y a la toma de conciencia de no sexualizar a niñas y niños en redes tan conocidas como TikTok e Instagram (similares a “Letting children be children”, que ya alertó acerca del copioso contenido sexual que rodea de forma persistente a la infancia). Por nuestra parte, desde Fundación Aprender a Mirar y la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales se trabaja con las campañas #ShesAPerson y #LiveYourRealLife.