Me llamo Anna y mi hermana, María Rosa, ha sobrevivido a una leucemia mieloide aguda.

Los síntomas comenzaron en el verano de 2021, cuando ella tenía 40 años. Le salían moretones con mucha facilidad y se sentía muy cansada. Al poco tiempo, en la citología de su revisión ginecológica anual, salió que tenía el Virus del Papiloma Humano (VPH). Como los resultados mostraban que había células cancerígenas, programaron una cirugía para extirpárselas; pero durante el preoperatorio vieron algo extraño y decidieron derivarla a Hematología. Aquí, tras realizarle algunas pruebas, detectaron muchas células cancerígenas y niveles muy bajos de plaquetas. Ese mismo día le diagnosticaron leucemia mieloide aguda y la derivaron de urgencia al hospital.

María Rosa estuvo ingresada durante un mes y medio recibiendo tres bolsas diarias de quimioterapia. Aunque el tratamiento le produjo muchos efectos secundarios, y debido a la pandemia solamente podía recibir una visita de dos horas cada día, llevó el proceso con mucha fuerza. Por último, le pautaron una quimioterapia de choque y tres de consolidación.

Aunque a día de hoy se somete a revisiones mensuales, ya no tiene células cancerígenas en su organismo. En cambio, todavía conserva muchas secuelas de la quimioterapia, para las que no le dan ninguna solución desde la Seguridad Social. Por ello, con esta iniciativa, pedimos al Parlament de Catalunya que destine más recursos a la investigación del cáncer, de cara a conseguir tratamientos menos agresivos; y a impulsar centros de rehabilitación en los que se faciliten terapias para paliar las secuelas.