Tenía tan solo 13 años cuando formé una “amistad” inusual con el entrenador de mi club deportivo en Granada. Era el 2015, lo mantuve un secreto de mis amigas, pero hablábamos a diario a través del móvil. Él tenía 20 y tantos, era majo, popular y cariñoso. Todos lo querían en el club.

“Qué bien te mueves”, “Qué buena eres”, era el tipo de cosas que solía escribirme. Yo estaba encantada de que me hiciera caso alguien tan popular en el club, pensaba que me iba a subir de liga, que éramos amigos de verdad. Una parte sabía que las conversaciones no eran las mejores, pero siendo pequeña, intentaba no imaginar de más. 

Para Navidad, mi entrenador me escribió para contarme que me tenía un regalo, y que quería quedar conmigo. Mis padres encontraron las conversaciones y no tardaron en ir al club a exigir explicaciones por su conducta. Yo lo seguía viendo normal y no entendía el revuelo. Le conté a mi mejor amiga del equipo y ella me dijo que también hablaban. Me sentí traicionada y decepcionada, pensaba que había perdido un amigo. 

A medida que han pasado los años, he caído en cuenta de que tuve la suerte de salir de la situación a tiempo. He escuchado historias sobre que invitaba a mis compañeras, también de 13 años, a su casa. 

Lo peor es que él sigue trabajando ahí, las niñas han cambiado, pero él sigue siendo el mismo. Me siento fatal, ya que sé perfectamente el tipo de persona que es y me da rabia que sabiendo lo que me ha hecho a mí y a gente que conozco, continúe trabajando normal, en contacto estrecho con chicas de 13 años.  

Es momento de que se genere la confianza necesaria, para que las chicas que están viviendo situaciones como estas no tengan miedo de contarlo, antes de que sea muy tarde. Por todo esto, pido al Ayuntamiento de Granada que se realice un control sobre lo que sucede entre entrenadores y jugadoras, a la par de que haya más educación respecto al riesgo que puede conllevar estas relaciones inapropiadas, que son, siempre, responsabilidad de los mayores. 

Para todas las chicas que pueden estar pasando una situación similar, quiero que sepan que aunque un hombre mayor te diga que eres súper madura para tu edad, que te quieren, etc. son solo palabras para aprovecharse de tu inocencia. Hay gente que te quiere de verdad, tu familia y amigos, apóyate en ellos.