Pregunta para Congreso de la República de Colombia
Soy Auli Ramírez; necesito un trasplante de pulmón: ¿cuándo se va a facilitar en Colombia el transporte a quienes necesitamos un trasplante pero no estamos en lista de espera?
Hola, soy Auli Ramírez, tengo 39 años y vivo en Soacha. Hace tres años fui diagnosticado con hipertensión pulmonar severa, aunque la enfermedad la tengo hace más o menos cinco años. Recuerdo que a los 18 años tuve una neumonía muy grave, y a pesar de que estuve en tratamiento alrededor de un año, después no volví. Más adelante, debido a mi trabajo como pintor automotriz, el pulmón se siguió dañando. A raíz de eso, la enfermedad se agravó, no pude seguir trabajando y hoy en día me es imposible vivir sin oxígeno domiciliario.
Después del diagnóstico, el neumólogo me dijo que me tenían que hacer una broncoscopia. También me ordenaron un tac para ver qué tan avanzada tenía la enfermedad y qué tan afectados estaban los pulmones. Ese doctor me mandó el concentrador de oxígeno portátil, y la broncoscopia me la ordenaron en la Fundación Neumológica. Allí, sin embargo, otro neumólogo me dijo que era imposible hacerme la broncoscopia debido al daño avanzado que había en mis pulmones. Existía la posibilidad de que hubiera una hemorragia interna y que yo muriera.
Entonces me dijeron que lo correcto era comenzar un tratamiento con medicamentos. El mismo neumólogo me comentó sobre la posibilidad de inscribirme en el programa de hipertensión pulmonar de la Fundación Neumológica. Yo saqué una cita allá porque pensaba que si me medicaban, iba a poder trabajar de nuevo. Pero ahí la doctora que me atendió me dijo algo diferente: que yo era un buen candidato para un trasplante de pulmón. Aunque me advirtió que era un proceso muy largo, lleno de muchos exámenes, y que como podía que mi cuerpo recibiera el trasplante, podía que no.
La doctora me remitió para una cita con el director de trasplante pulmonar de la Fundación Cardioinfantil y, muy rápido, me dijo que íbamos a empezar el proceso. Tenían que hacerme un estudio pretrasplante, que duraba cinco días, en el que me iban a hacer todos los exámenes necesarios. El director me dijo también que, en caso de que no fuera candidato, la EPS me iba a indicar a qué neumólogo consultar para seguir un tratamiento que me permitiera seguir con mi vida, aunque con medicamentos.
Finalmente me hospitalizaron para hacerme el estudio. En esos cinco días me hicieron muchísimos exámenes, aunque lo que más suelen mirar es el corazón y los riñones. Sobre el corazón, dijeron que lo tengo un poco hinchado, pero que puede soportar el trasplante. Por lo demás, todo está correcto. Aunque todavía tengo una cita pendiente con un reumatólogo para descartar un posible síndrome. Pero ahora mismo soy apto para el trasplante.
A pesar de que con las citas y la atención médica no he tenido mayor problema, sí hay un detalle que se me dificulta, y es el transporte. Como yo vivo en Soacha, al sur de Bogotá, los desplazamientos que debo hacer para las citas, en el norte de la ciudad, son muy largos. Si tengo que estar en el médico a las 9 de la mañana, debo salir de mi casa a las 6 o 6:30 para llegar a tiempo. Hoy en día se presta servicio de transporte sólo a las personas que están en lista de espera para trasplantes. Yo estoy a punto de entrar en esa lista, pero como todavía no lo estoy, no tengo el servicio, a pesar de que la movilidad se me dificulta en parte porque, a diferencia de quienes toman medicamentos, yo no puedo hacer tantas actividades cotidianas.
Por eso lanzo esta campaña: para pedir a las autoridades y al Congreso de la República que legislen y actúen a favor de que haya mayores facilidades de transporte que mejoren la calidad de vida de quienes aún no estamos en lista de espera para trasplantes pero se nos dificulta movilizarnos. Entre todos podemos ayudar: si conseguimos 350 firmas en esta petición, obtendré una respuesta en la página de Osoigo. ¡Cada firma es muy valiosa! Y después de apoyar, compartamos este testimonio con todos nuestros amigos, familiares y contactos de WhatsApp y redes sociales. Que estas realidades que no siempre reciben la atención debida sean conocidas por muchas más personas en Colombia. ¡Muchas gracias!