Hola. Me llamo Aurora González, tengo 36 años y en 2019 falleció uno de mis dos hijos mellizos antes de nacer.

Yo me quedé embarazada después de 8 años en tratamientos de fertilidad. Estuve tratándome en la Seguridad Social, pero me trataron fatal, había una atención precaria, muy poco personalizada y no realizaban todas las pruebas que tenían qué hacer, por lo que decidí irme a la Sanidad Privada.

Recuerdo con pavor las punciones ováricas que nos realizaban sin ningún tipo de sedación. Cuando lo conté en la Sanidad privada, se sorprendieron muchísimo.

Mi primer embarazo se paró a las 8 semanas y poco después me quedé embarazada de mellizos. En la semana 22 estuve ingresada en el hospital con riesgo de parto prematuro por incompetencia cervical. Mi ingreso duró 8,5 semanas en reposo absoluto.

Me puse con contracciones el 30 de diciembre y yo sé, aunque ellos digan lo contrario, que en esos días de fiestas no estaba todo el personal. La atención no fue todo lo correcta que debería, pero eso ya lo he discutido con ellos también. Me pararon las contracciones con medicación durante 3 días en los que tampoco me realizaron los ‘monitores’ que tenía pautados a diario en la planta. El día 2 de enero, vinieron varias matronas a escuchar a los bebés para devolverme a mi planta, pero no encontraban uno de los latidos. Finalmente vino la jefa del servicio con un ecógrafo para ver a los bebés, escucharon el latido de uno de mis hijos muy leve y, acto seguido, se paró. Mi bebé había fallecido.

Mi segundo hijo estaba bien, pero a la semana tuvieron que hacerme una cesárea de urgencia porque volví a ponerme con contracciones y no quisieron arriesgar más.

Nadie vino a explicarme qué opciones había ni a aconsejarme qué sería lo mejor para mi duelo. Por supuesto, no realizaron ningún protocolo de actuación, por lo que no me pude despedir de mi hijo. Yo estaba en un shock total. Yo no era una mujer que llegara y diera a luz de repente, sino que llevaba ocho semanas ingresada y una semana con mi bebé fallecido en mi útero, tuvieron tiempo de haberme informado y dado opciones sin problema.

Es verdad que, una vez que di a luz y mi hijo estaba en neonatos, el equipo de psicólogos me atendió muy bien, pero en el momento que más lo necesitaba, porque necesitaba que alguien viniera y me dijera: “Tienes que ver a tu hijo para estar mejor”, nadie lo hizo. Debería haber profesionales preparados para comentar las diferentes opciones que existen ante esos casos. Sé que hay personas que sí han podido despedirse, verlos y les ha ido muy bien. Yo lo único que tengo es una huella parcial y las fotos de la autopsia de mi hijo, que pedí personalmente meses después.

Está comprobado que el despedir a tu hijo facilita el proceso de duelo. Para mí era muy complicado en aquel momento pensar con claridad, porque, además de tener un hijo fallecido, tenía otro en una UCIN y no podía quedarme un mes en la cama llorando, tenía que ir y venir constantemente y pasar el mayor tiempo posible con mi bebé para poder establecer la lactancia. Ahora solo espero y deseo que haya mejorado todo. Creo que algo ha mejorado porque otras madres, que me han contado su experiencia en el mismo hospital, sí han tenido una mejor experiencia que la mía.

A las personas que puedan vivir una situación parecida a la mía les diría que les recomiendo ver a sus bebés. Eso es de lo que más me arrepiento yo, porque si te equivocas, ya no puedes rectificar. Habrá personas que no lo quieran hacer y es totalmente respetable, pero me gustaría que pudieran decidir con toda la información en sus manos. También es muy importante que estén bien acompañadas y se respeten sus espacios y sus decisiones.

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que existan especialistas formados en las diferentes situaciones en las que haya un duelo perinatal y para que se unifiquen los protocolos de actuación en caso de duelo gestacional, perinatal o neonatal, a nivel nacional, y no sea una cuestión de suerte.

Todos los profesionales que están durante el nacimiento de un bebé, deberían estar formados para saber actuar de manera correcta, ya que eso implicará un mejoría mental futura de la persona que están atendiendo.

De igual forma, y de manera más explícita, queremos que se establezcan en todas las comunidades autónomas un protocolo de actuación ante los duelos perinatales. Las mujeres que viven esas situaciones, debemos estar asesoradas y tener un acompañamiento efectivo.