Soy Beatriz Izquierdo, estudié la carrera de derecho, pero mi vocación siempre ha sido la criminología.  El problema que observo es que la criminología en España es una licenciatura de muy reciente creación y sin puestos claros y fijos para poder ejercerla. No formamos parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y mientras hay tanto desconocimiento de lo que podemos hacer está claro que nuestra formación ayudaría muchísimo a prevenir conductas delictivas y a saber el origen de las mismas. 

En el tema de la protección de las infancias, por ejemplo, tenemos en España una ley orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, de 2021. Es una ley ambiciosa para luchar, por ejemplo,  contra el abuso sexual contra menores.

Se pretende que la ley promueva una figura que existirá en los colegios, de coordinadores que van a luchar contra el acoso escolar, el bullying, y tendentes a darse cuenta de otras problemáticas que puede haber familiares, pero, ¿qué formación van a tener esas personas?.

Los criminólogos hacemos falta en estos sitios. Un criminólogo es capaz de discernir lo que es una riña entre niños, de lo que puede hacer un acoso persistente y dar la mejor solución con la ayuda de otros informes y fuentes. Un criminólogo en un colegio cumpliría un papel muy importante y específico. Por supuesto que no es un psicólogo ni un psiquiatra, aunque sí bebemos de sus fuentes, pero tendría conocimientos de psicología, sociología, conocimientos básicos de psiquiatría, entre otros muchos que le permitirían tener un margen más amplio de análisis y de acción. 

Tenemos una problemática de muy distinta índole en España con respecto a la criminalidad y la voz de los criminólogos no se está escuchando. Es por eso que he creado mi propio proyecto el origen del mal, con mucho color sin ningún tipo de morbo y con un carácter muy didáctico, porque lo que busco es que la gente pueda entender lo que somos capaces de hacer para que en un momento dado nos hagan un hueco porque somos muy necesarios. 

No se tiene idea de lo que es un criminólogo. Creen que somos el CSI o ‘Mentes criminales’. Lo que me encontré con el paso del tiempo y mi experiencia, es que se piensa que un  criminólogo solo sirve para buscar asesinos en serie. Somos las personas capaces de analizar una realidad desde muy distintos puntos de vista y con eso hacer propuestas para prevención y no únicamente post delictuales, porque para ello ya tenemos un ordenamiento jurídico, unos jueces y unos fiscales que encargan de aplicar una legalidad vigente. 

Hacemos falta en miles de sitios y no nos reclaman en ninguno. Quiero hacer ese llamado, porque hay que trabajar de la mano, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, periodistas, políticos, jueces, fiscales y criminólogos. 

Juntos podríamos de verdad atacar problemáticas que van desde la violencia en los colegios, los abusos sexuales contra niños y niñas, la violencia de género, el ingreso en las bandas juveniles, las agresiones sexuales con múltiples autores, el acoso en la red, las desapariciones forzosas y  podríamos ser fantásticos agentes de libertad vigilada entre otras muchas problemáticas. Olvidémonos del intrusismo profesional, hemos venido a ayudar no a quitarle el trabajo a nadie. Juntos podemos hacer de esta sociedad un lugar mejor.