Pregunta para Parlamento de Catalunya

He sobrevivido a dos tipos de cáncer que me diagnosticaron en un período de 15 meses. ¿Cuándo se van a destinar más recursos a la detección precoz de esta enfermedad?

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Beatriz Solana Pregunta de Beatriz Solana

Me llamo Beatriz y padecí cáncer de tiroides y cáncer de mama.

En diciembre de 2015, cuando tenía 37 años y tras más de un año de lipotimias, hipoglucemias y mucho cansancio, me noté un ganglio del cuello muy inflamado. Hasta entonces, mi médico relacionaba mi malestar a cuadros de estrés y ansiedad. En cambio, un día, hablando con él sobre todos estos síntomas, me solicitó una ecografía. En los resultados observaron algo extraño, pero no me dijeron el qué y decidieron realizarme más pruebas.

Me hicieron una resonancia y, al ver los resultados, me informaron de que valorarían hacerme otros estudios. El ganglio siguió creciendo y decidí poner una reclamación en el hospital, pues yo era consciente de que algo no iba bien y no sentía que me estuviesen prestando la atención necesaria. Finalmente, me pidieron una primera PAAF de tiroides, en la que se veía un grupo de células sospechoso. Me volvieron a repetir esta prueba en noviembre.

Ya en la consulta del cirujano, leí en un informe que padecía un carcinoma de tiroides e iba a ser necesario operarme. Me explicaron que la intervención iba a ser delicada y que tenían que hacerme más pruebas, ya que tengo antecedentes de epilepsia. Me hicieron un TAC y en febrero de 2016 me practicaron una tiroctomía total

A continuación, debía someterme a un tratamiento con yodo, cuya función es parecida a la de la radioterapia. Pasaron las semanas y nadie me había llamado para indicarme el día en que debía ingresar para recibir este tratamiento. Cuando fui a la consulta del endocrino, este ni siquiera sabía que había tenido cáncer de tiroides, y consideró que, por ser joven, no tendrían que administrarme el yodo.

Un año después, en abril de 2017, me tocaba realizarme la revisión de pecho. Mi ginecóloga no estaba y la doctora que la sustituía me dijo que, por mi edad, no me iban a hacer esa revisión. Yo insistí y, finalmente, me citaron para el mes de julio, pero de nuevo reclamé. A la semana siguiente me llamaron informándome de que tenían un hueco.

Ya en consulta, me hicieron la exploración y noté algo raro en la cara de la doctora. Esa misma tarde me llamaron indicándome que debía realizarme una ecografía al día siguiente. Tres días más tarde me practicaron una biopsia, y a los 15 me confirmaron que padecía un cáncer de mama muy agresivo, aunque a día de hoy sigo saber de qué tipo, pues no llegaron a explicármelo bien.

En el mes de junio me realizaron una tumorectomía y me extrajeron dos ganglios. En un principio, tenía que empezar la quimioterapia a finales de julio, pero me la tuvieron que aplazar al mes de agosto por una bajada brusca de defensas. Recibí 16 ciclos en total, a lo largo de seis meses, y en febrero de 2018 empecé con las sesiones de radioterapia, en total 33. 

Recibiendo este último, empecé el tratamiento de inyectables de Zoladex, con el que continúo a día de hoy. Además, también sigo una terapia hormonal (Exemastano) y tendré que tomar de por vida Eutirox.

Quiero destacar que, en septiembre de 2017, me concedieron la incapacidad absoluta para todo trabajo. En cambio, dos años después me la retiraron en Andalucía, comunidad a la que me trasladé con mi familia de manera temporal. 

Considero que mi caso se trató de una negligencia médica, pues si hubiese recibido el tratamiento con yodo, seguramente no hubiese llegado a desarrollar el cáncer de mama en tan poco tiempo.

Por ello, me dirijo al Parlament de Catalunya, con el objetivo de que destinen más recursos a la detección precoz del cáncer, a través de pruebas completas desde edades tempranas.

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