Pregunta para Congreso de los diputados

Me llamo Belén y he sufrido violencia obstétrica. ¡Necesitamos un protocolo donde se respete la figura de la madre y del bebé constantemente, se nos mantenga informadas y se facilite el proceso de pruebas y parto en todo momento!

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Belén Gonzalvo Pregunta de Belén Gonzalvo

Hola. Me llamo Belén, tengo 31 años y he sufrido violencia obstétrica. 

A mí me empezaron unos dolores extraños 3 semanas antes de dar a luz. Anteriormente también me habían aparecido esos dolores, pero en esa ocasión era mucho más fuertes, por lo que me fui a urgencias de inmediato. 

En cuanto llegué lo primero que me dijeron fue: “¿Ya estás aquí otra vez?”. Yo iba muy mareada por el dolor y lo primero que recibí fue mucha incomprensión. Me metieron en una sala y estuvieron realizándome varias pruebas, de las cuales una de ellas me dolía muchísimo y yo le decía que me iba a desmayar del dolor, pero su única respuesta era: “Tienes que aguantar”. 

Posteriormente me mandaron a casa, pero sin darme ninguna respuesta. Yo preguntaba si mi bebé estaba bien, pero nadie me decía nada. Finalmente, lo único que me dijeron es que “estuviera tranquila” y que, quizás, los dolores me seguirían apareciendo hasta el día del parto. Fue surrealista

Mi cuñada es enfermera y ella estuvo conmigo en todo momento. Ella fue la que me abrió los ojos y me afirmó que había sufrido violencia obstétrica. De hecho, ella reclamaba cuando veía que algo no se estaba haciendo de manera correcta, pero el médico solo la miraba con cara de odio y seguía haciendo las pruebas. Recuerdo la cara del doctor perfectamente y de pensar: “¿Qué está pasando?”. 

El peor momento fue a la hora de dar a luz. Yo llegué con dolores de contracciones terribles. Me subieron a la planta para dar a luz y una vez dentro, una enfermera se subió encima de mi barriga para apretar y que mi hijo saliera. Los dolores eran brutales

Mi hijo llegó a la vida sana, pero se lo llevaron a la incubadora para tenerlo en observación. Yo me quedé muy sorprendida porque no entendía que se lo tuvieran que llevar a otro lugar cuando todo el mundo me decía que había salido todo perfecto. Ahí yo estaba prácticamente moribunda. Hasta que mi cuñada fue a hablar con mi marido y le dijo que, durante el parto, le habían hecho daño al bebé y le había fracturado una parte de su cuerpito, así que lo tenían que tener en observación.

Mi marido se cabreó muchísimo y les dijo al personal que los íbamos a denunciar, aunque a mí no me dijo nada hasta que mi bebé se recuperó. 

Cuando yo me enteré, me enfadé muchísimo, primero porque soy la madre y tengo que tener conocimiento de absolutamente todo lo que le ocurre a mi hijo. Y segundo, porque yo, durante el parto, chillaba y le decía a la enfermera que me hacía mucho daño. Así que si me llego a enterar de lo que estaba pasando, aunque en ese momento no tenía fuerza para nada, no sé lo que hubiera podido pasar. 

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad para la violencia obstétrica. 

De igual forma, necesitamos mucha más formación por parte de los profesionales sanitarios con respecto a todas las madres que vamos a dar a luz -más si somos primerizas- y sobre todo comprensión en el momento en el que nuestras hormonas están dislocadas y tenemos un revuelo interno. 

En este sentido, necesitamos que haya un protocolo específico para dar a luz, donde se respeta la figura de la madre y del bebé en todo momento, se mantengan informados a ambos progenitores y se facilite el proceso de pruebas y de parto constantemente.

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