Hola, 

Me llamo Belinda, soy de Sant Joan de Vilatorrada, en Manresa, tengo 37 años y soy donante de sangre desde hace 10 años. Me hice donante porque en su momento un familiar cercano necesitaba de mi donación, y desde entonces donaba sangre siempre que podía. Y una de las veces que fui a donar, me percaté de que había folletos informativos acerca de la donación de médula ósea. He de reconocer que me daba respecto inicialmente, pero pronto me di cuenta que ese sentimiento era producto de la profunda desinformación que existe al respecto. Cuando me informé, decidí inscribirme en el REDMO (Registro de Donantes de Médula Ósea). 

Mi vida continuó entonces. “Es difícil que te llamen”, me decían muchas personas. Pero hace 3 meses recibí una llamada mientras trabajaba; eran del banco de sangre y tejidos del Hospital de Sant Pau de Barcelona: ¡Era compatible con una persona que necesitaba mi médula ósea! Me quedé en shock; era la última noticia que esperaba recibir en ese momento, y qué gran noticia. 

Debía someterme algunas pruebas: placa de tórax, electrocardiograma, analítica…Y finalmente la donación tuvo lugar el 9 de diciembre. Fue mediante aféresis, un proceso muy sencillo. Debes preparar tu cuerpo con unas inyecciones unos días antes de la donación y luego te sientas en un sillón y a esperar. Por un lado, sale tu sangre y la máquina separa las células madre de la sangre, por el otro brazo te devuelven todo lo demás.

Desde aquí me gustaría mandar un empujón a todas aquellas personas que se han planteado hacerse donantes de médula ósea, para que den ese último paso; a todos los que tienen entre 18 y 40 años, y que gozan de buena salud, para que hagan donantes. No somos conscientes de la importancia de este proceso, y de la oportunidad de poder salvar una vida por invertir un rato de tu tiempo. Pero me dirijo también a nuestros representantes políticos en el Congreso de los Diputados, para que pongan al alcance de cualquiera información acerca de la donación de médula ósea. La inversión en información y promoción de este proceso es sinónimo de nuevas oportunidades de vivir para muchos pacientes. ¿Cuándo invertirán en salvar vidas?

Desde mi vivencia personal tan solo puedo añadir que resulta muy satisfactorio saber que con un ratito de tu tiempo estarás salvando la vida a una persona que puede encontrarse en la otra punta del planeta. No os podéis imaginar la alegría que sentí... tan profunda. ¿Y tú? ¿Te animas?