Pregunta para Asamblea de Madrid

El cáncer no termina cuando entras en la remisión. La investigación es crucial, como lo es también la salud mental. ¿Cuándo dejará de ser la salud mental un lujo para los pacientes oncológicos?

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Hola, 

Me llamo Bianca, tengo 28 años y soy trabajadora social. He decidido pasarme por aquí y dejar estas líneas por una experiencia que marcó y transformó mi vida. Y creo que, aportando este pequeño granito de arena, de alguna manera contribuyo al cambio y a la evolución a la que tantísimas personas desean asistir. 

¿De qué estoy hablando? Os preguntaréis algunos… Pues veréis, tengo que remontarme al año 2008. Tenía 14 años cuando me diagnosticaron leucemia. Un revés de la vida. Pero lo asumes y tiras para adelante. Recibí quimioterapia durante un año y, cuando supuestamente ya había terminado, recaí en el sistema nervioso central, por lo que me volvieron a tratar. 

Poco después detectaron que tenía un trastorno mielodisplásico. Intentaron que mi médula funcionase por sí misma, pero finalmente tuvieron que autotrasplantarme. Tampoco funcionó. La siguiente alternativa pasaba por recibir un trasplante de la médula de mi madre, pero tampoco terminó de funcionar. Sin embargo, afortunadamente un nuevo trasplante con la donación de mi madre fue la intervención definitiva. Aquello ocurrió en 2014. Hasta hoy. 

Transité por la enfermedad durante 6 años, entre tratamientos y recaídas. Pasé toda la adolescencia a caballo con la enfermedad. “Me estoy perdiendo la adolescencia”, recuerdo que me lo decía a menudo en aquella época. Qué etapa tan complicada, con cambios físicos, con la compleja construcción de nuevas relaciones sociales. 

Y a pesar todo, a nivel psicológico, el balance que hice del proceso fue bastante positivo. Existen momentos puntuales, como las recaídas, en que la vulnerabilidad y la desazón se apoderan de ti, obviamente. Al final acabé aceptando mi propia muerte. Pero pese a ello, lo sobrellevé bien. 

Sin embargo, las dudas y la incertidumbre llegan después. He sufrido episodios recientes de ansiedad, pánico y obsesión con la enfermedad. Sí, años después. Ha sido ahora, al enfrentarme al mundo laboral, cuando la vertiente psicológica lo ha inundado todo. 

Me hubiera hecho mucha falta contar con apoyo y seguimiento psicológico en los años posteriores a superar la enfermedad. Yo he tenido que recurrir a tratamiento psicológico de manera independiente, y porque afortunadamente a nivel económico me lo podía permitir, pero no es la situación de cualquier paciente. 

El cáncer no termina cuando entras en la remisión o tu médico confirma que te has curado. Esta enfermedad no funciona así. Te acostumbras durante años a tener una vida que no es normativa, y en muchas ocasiones en etapas complejas, como fue en mi caso la adolescencia. Tu vida gira en torno al cáncer y te centras en sobrevivir. Y una vez te dicen: “Ya está. Ya has sobrevivido” no sabes afrontar la vida sin cáncer. 

¿Por qué no existe un seguimiento y acompañamiento psicológico posterior para los pacientes oncológicos? Además de invertir más recursos en investigación, ¿cuándo se garantizará la salud mental en la Sanidad Pública? La salud mental no debería ser un lujo, solo al alcance de unos pocos, sino un derecho. Al igual que asisto a revisiones físicas periódicas, de lo cual estoy tremendamente agradecida, ¿cuándo existirán también revisiones psicológicas?

Representantes políticos de la Asamblea madrileña, 

Espero su respuesta. 

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