Me llamo Candela, tengo 25 años y hace cuatro sufrí lo que se conoce como “Stealthing”, acción que ejecuta el hombre cuando se quita el condón durante una relación sexual sin conocimiento de la pareja. La historia comienza cuando obtuve mi primer trabajo en mi pueblo de Galicia, era en el ámbito de la hostelería y en el bar estábamos dos chicas y un chico. Todo empezó como un juego; él hacía cosas que me hacían sentir enormemente incómoda, como tocarme el culo cuando subíamos al almacén y cosas similares. Un día decidí plantarme y llamarle la atención, me pidió perdón y ahí quedó la cosa. Poco tiempo después, surgió la idea de mantener relaciones entre nosotros; acudí a su casa y surgió. No soy capaz de identificar el momento en el que lo hizo, no sentí que se había quitado el preservativo hasta que eyaculó dentro de mí; como es evidente, yo me asusté, me levanté para irme y lo último que recuerdo es su risa, mofándose de la situación, a la cual siguió el comentario de “no te creas que eres la única”.

Me sentí tan mal que tuve que pedir el cambio de turno y comencé a trabajar de noche para no coincidir con él, de hecho, esta es la primera vez que se lo cuento a alguien. Para quedarme más tranquila, decidí realizarme unos análisis y una citología para comprobar que todo estaba bien. No estamos hablando solamente de la posibilidad de un embarazo no deseado, sino que hay un sinfín de enfermedades que se pueden contraer por este hecho. Se quitó el preservativo sin mi consentimiento, se rio de mí y encima vaciló de haberlo hecho con muchas más chicas. Posteriormente, he tenido muchos problemas a la hora de tener relaciones sexuales con más chicos, este hecho ha marcado mi vida.

Necesitamos erradicar el problema desde la raíz y la base está en la educación, muchas mujeres lo hemos sufrido y no hemos sido ni siquiera conscientes de lo que era; las violaciones están penadas y se siguen ejerciendo, es vital endurecer las penas para evitar más casos. Cometer Stealthing vulnera nuestros derechos y puede traer consecuencias muy graves para nuestra salud, no podemos permitir que siga ocurriendo y que los chicos que lo ejercen salgan impunes.