EUROPA FORMARA PARTE DE LA SOLUCION
La Unión Europea se ha caracterizado a lo largo de su historia por un enorme pragmatismo cuando debe de abordar el encaje de su entramado institucional a los cambios políticos que ha vivido y vive el Viejo Continente. Estos días estamos observando, por ejemplo, como la Unión ofrece un modelo a la carta para garantizar la continuidad del Reino Unido en el proyecto europeo. O como, en su momento, no hubo ningun problema para la ampliación "de facto" hacia el Este de la Unión con la reunificación alemana, por cierto fundamentada en el derecho de la autodeterminación de los pueblos.
Es más, aquello que los gobiernos y parlamentos europeos no entienden es la incapacidad del Gobierno y las Cortes Generales españolas de ofrecer un diálogo a fondo con las instituciones catalanas y aceptar que sean los catalanes aquellos que pueden decidir su futuro política.
Europa desde su pragmatismo y desde su tradición democrática forma parte de una solución que parece que no solo puede llegar desde España. Y Europa presiona y presionará a España para encontrar esa solución demócratica que la sociedad catalana de una manera ampliamente mayoritaria viene reclamando.
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