Pregunta para Congreso de los diputados
¿Por qué no se tienen en cuenta medidas verdaderamente eficientes para una vuelta al cole segura?
En septiembre abrirán los centros educativos con instrucciones de inicio de curso en las que el alumnado de Educación Primaria, etapa educativa en la que soy maestro, el alumnado no tendrá que llevar mascarilla, estará en un grupo de más de 10 compañeros (en concreto, grupos entre 26-28 alumnos diferentes), dentro de un espacio en el que es imposible mantener una distancia de seguridad entre mesas de metro y medio. ¿Por qué exponer a este riesgo innecesario a todos los miembros de la Comunidad Educativa?
Los grupos “burbuja”, que ahora están en boca de todo el mundo, se quieren confeccionar con 26-28 familias diferentes dentro del centro, que están expuestas fuera del centro a decenas de otros contactos diferentes, por lo que las relaciones aumentan exponencialmente cómo lo haría la transmisión del virus en caso de producirse un contagio. Esta vuelta a las aulas no puede ser de cualquier manera. La vuelta a los centros educativos debe ser segura para todos y todas, no a cualquier precio.
No se puede usar los centros educativos como un lugar en el que dejar a los niños para poder seguir trabajando. Es un entorno difícil y desconocido para todos, pero al igual que se están tomando medidas para abrir centros de ocio, eventos culturales, ¿por qué no hacerlo también con los centros educativos? Porque, ¿qué ocurrirá si algún alumno se contagia?
Será una reacción en cadena: alumnado en sus casas en cuarentena, familias que no podrán ir a trabajar por tener que estar en casa, trabajos parados y economía, nuevamente, en una situación inestable. Por ello, es necesario que se propongan medidas efectivas y seguras para la vuelta a las aulas. Como docente, soy el primero que quiere volver a disfrutar de mi trabajo.
Desde mi punto de vista como docente, las medidas de seguridad necesarias para los centros educativos sería el uso de mascarilla obligatoria en todo el recinto, tanto dentro como fuera de las aulas, además del lavado de manos y de la distancia física de seguridad, lo que la Asociación Española de Pediatría ha catalogado como DIMAMA. Además de contar con un sanitario escolar.
Por otro lado, si no se quieren bajar los famosos ratios, se deberían establecer diferentes turnos educativos para que solo asistiera una parte del grupo, que pudieran asistir al centro en días alternos... medidas que ayudarían a reducir las personas que convivimos en el centro. Además de la realización de pruebas PCR a todo docente que inicie el próximo curso escolar. ¿Qué ocurre con los docentes que tienen 60 años, o más, considerados población de riesgo? ¿Les vamos a exponer a un posible contagio que les provoque una situación complicada de salud?
La apertura de los centros educativos es una situación muy seria, que requiere tiempo y medidas reales y seguras. Se demuestra una vez más que la educación en este país está en el último vagón en cuanto a la importancia que le otorga desde las instituciones.