Hola, Pedro:

Es una pregunta muy oportuna, especialmente en estos tiempos que vivimos en los que la labor política está tan desacreditada.

Creo que la respuesta tiene varios enfoques, que iré recogiendo en esta enumeración:

1-No hay ningún impedimento legal, ni incompatibilidad alguna. Conviene recordar, por ejemplo, el caso de Oriol Junquera, que, hasta donde yo sé, es el máximo dirigente de su partido, Alcalde de su pueblo y parlamentario.

2- Asumir esta doble tarea supone para mí una responsabilidad a la que, como siempre me ha ocurrido en mi labor política, no me he querido negar. Una vez más, he decidido que no era momento de arrugarse, sino de dar el máximo de mis capacidades. Como Alcalde hay proyectos sobre empleo e innovación, servicios sociales y transparencia que deben tener continuidad y como Diputado General, aporto precisamente ese bagaje de gestión municipal. Y la Diputación necesita un cambio en profundidad, créame.

3- Soy capaz de caminar con dos mochilas. Sin pretender ser vanidoso, me veo capacitado para estas dos labores. Además, insisto, creo que era una responsabilidad que debía afrontar y ante la que no me iba a esconder.

4- Por último, quiero destacar una cuestión que no se nos puede escapar: en Juntas Generales y en la Diputación se deciden temas que afectan directamente a lo local (Udalkutxa, por ejemplo). Sin ir más lejos, uno de los asuntos que más debate ha suscitado y que finalmente se ha logrado impulsar por parte del Grupo Socialista en la cámara foral de Gernika ha sido la Variante de Ermua. Fíjese usted si es importante que los alcaldes tengamos una presencia directa en las Juntas Generales. Ambas instituciones son complementarias.

Quisiera acabar con una advertencia que realizo con toda la firmeza de la que soy capaz: legalmente es imposible que yo cobre dos sueldos, uno de cada institución.

Sin embargo, aunque eso fuera posible por ley, yo me negaría.