Pregunta para Parlamento de Andalucía
Mi hijo Alejandro tiene TEA y quiere ser ingeniero aeronáutico pero hemos chocado con el muro del sistema educativo. ¿Cuándo van a integrar a los niños con autismo como se merecen?
Me llamo Carmen, resido en Sevilla y mi hijo Alejandro es TEA de alto funcionamiento intelectual con otras comorbilidades asociadas como hiperactividad y trastorno en el lenguaje.
Cuando el niño tenía un año y medio, comencé a darme cuenta de que algo no iba bien; aunque, hablaba, parecía no entender lo que le decía, cómo si le hablase en chino y tenía aleteo, saltos y balanceo, además, en según que situaciones, tenía trastorno de conducta especialmente en lugares concurridos y ruidosos, entre otras características.
Su pediatra nos derivó al neurólogo, tras una prueba insustancial, nos dijeron que todo era correcto y se olvidaron del tema.
No fue hasta primero de infantil, cuando una profesora me dijo que el niño podría tener algo de autismo; lo llevé nuevamente al pediatra y esta vez nos derivó a salud mental que tras un largo protocolo burocrático, nos asignaron a una psicóloga del Hospital que no me ayudó mucho.
Por suerte, encontré a una muy buena doctora de psiquiatría infantil especializada en TEA y fui a su consulta privada. En cuanto vio al niño dijo: “este niño es Síndrome de asperger”, jamás había escuchado oír hablar de este síndrome, así que comencé a leer sobre el tema para poder entender mejor a mi hijo y poder ayudarlo. Fue la única persona que me dio un diagnóstico claro sobre lo que le sucedía al niño y nos orientó de cómo comenzar a trabajar con él, le mandó medicación y le hizo todo tipo de pruebas necesarias.
Ya con el diagnóstico en la mano, fui de nuevo a la psicóloga que me habían asignado en el hospital público y me derivaron a las terapias de atención temprana, que son las únicas que cubre la seguridad social y tras una larga espera, al fin le dieron terapia a mi hijo, estuvo un año y medio porque a partir de los 6 años tuve que ir a la privada. Este proceso fue muy duro debido a que no contaba con el apoyo del padre, pues no quiso reconocer que el niño tenía algún problema y estaba sola para lidiar con todo y sacar a mi hijo adelante.
Los mayores problemas vinieron con su inicio en la escuela primaria; ni los profesores están cualificados para tratar con estos niños, ni los centros están adaptados para ellos, por no hablar de la escuela concertada que es aún peor. El colegio es un pilar fundamental para el desarrollo de estos niños, pero hay que ser muy buen profesional para trabajar con ellos, ya que cualquier medida fuera de lugar pueden verlo cómo una amenaza, lo que les produce mucho estrés que deriva en problemas de conducta y de salud, por ello fue expulsado varias veces y pasamos un auténtico infierno.
En infinidad de ocasiones fui a la delegación de educación para que me ayudaran, pero el inspector de zona “se lavó las manos” como Pilatos, aún teniendo pruebas de las malas prácticas docentes que se estaban cometiendo en el centro. Yo estaba desesperada, parecía que a nadie le importaba la educación y la integración de mi hijo en la sociedad, sentía que no había ningún lugar para él, llegando incluso a plantearme el que no fuera a la escuela, algo inviable pues ¿Cómo iba hacer para enseñarle a mi hijo en casa, trabajar y sacarlo adelante sola?, sin nada de apoyo salvo el de mi familia.
Finalmente, a través de personal de administración, que viendo la gravedad de la situación, consiguieron que admitieran con urgencia al niño en una escuela pública, donde podría tener sus necesidades cubiertas, esta es una escuela que cuenta con muy buenos profesionales y los recursos que como mínimo debe de tener. Desde entonces, comenzó a evolucionar y ha mejorado enormemente. Aunque ha perdido dos años de aprendizaje; actualmente está en sexto de primaria con una adaptación curricular significativa de tercero de primaria, a pesar de que tiene capacidad suficiente a nivel cognitivo.
Considero necesaria y de forma urgente una reforma de todo el sistema educativo desde su base, dónde se fomenten los talentos y las capacidades individuales de cada alumno por medio de todo tipo de talleres donde se desarrolle el aprendizaje, clases más prácticas e interactivas; que los recursos públicos a nivel de educación estén mejor distribuidos y de forma más efectiva; eliminar barreras administrativas para poder acceder a una educación y salud pública de calidad (salud mental es este caso) así como dotar a los centros de profesionales especializados y de herramientas y recursos para atender a los alumnos de manera integral, ya que ellos son el futuro. Eliminar centros concertados u obsoletos que no se adapten a las necesidades reales y actuales de la sociedad y no den un buen servicio educativo.
Se pueden hacer muchas cosas para mejorar, sólo hay que tener las ganas y la voluntad de hacerlo posible para tener una verdadera educación de calidad para todo tipo de niños y niñas, puesto que todos somos diferentes e iguales.