Me llamo Carmen y he sobrevivido a un liposarcoma mixoide.

En el 2014, cuando tenía 28 años, me detecté un bulto en la pierna. De entrada no le di demasiada importancia, hasta que un día, debido a la inflamación que me estaba produciendo, me caí en el trabajo. Sin realizarme las pruebas pertinentes me programaron varias sesiones de rehabilitación y, a continuación, una operación para extirparme un supuesto hematoma encapsulado. En cambio, durante la cirugía, vieron que lo que había en mi pierna era un sarcoma de partes blandas.

Para combatir la enfermedad me derivaron al hospital y me pautaron varias sesiones de quimioterapia y radioterapia. Por último, volví a pasar por quirófano. A día de hoy, aunque estoy curada, conservo numerosas secuelas que me impiden llevar la vida que tenía antes de ser diagnosticada.

El hecho de que no me realizasen las pruebas pertinentes a raíz de la caída que tuve en el trabajo empeoró mucho mi estado, pues las terapias y la cirugía a las que me sometí antes de saber que sufría un sarcoma fueron contraproducentes. Además, la rehabilitación tras la última operación no fue buena y el apoyo psicológico inexistente. Por último, el hecho de sufrir esta enfermedad siendo tan joven, hizo que tardasen siete años en darme la incapacidad total, y tuve que seguir trabajando durante determinados períodos, a pesar de no estar bien.

Por ello, con esta iniciativa pido al Parlamento de Andalucía que destine más recursos a la investigación del sarcoma y a las pruebas para su diagnóstico precoz; así como a la atención psicológica y al respaldo económico y laboral de los pacientes.