Mi nombre es Carolina, soy enfermera y paciente de salud mental. Hace un año me dieron el alta por parte de psiquiatría y actualmente con la psicóloga sigo teniendo revisiones. He sufrido depresión mayor, por diversos sucesos traumáticos, siendo el último de ellos la pandemia e incluso a veces sin un motivo aparente, lo cual también puede ocurrir. Toda esta situación me ha llevado a cuatro intentos de suicidio. 

Con esta campaña, quiero intentar quitar y romper los tabúes y estigmas que siguen rodeando a las enfermedades y trastornos mentales. Lo mismo que hablamos sin ningún reparo de pacientes de diabetes y de cómo no les funciona el páncreas correctamente, deberíamos ser capaces de hablar de depresión, suicidio o ansiedad con la misma normalidad y otorgarle el mismo grado de importancia. Desde mi propia experiencia sé lo duro que es y la soledad y vergüenza que pueden invadirte cuando estás pasando por algo así. Es por ello que, como sociedad, no podemos seguir callándonos. 

Por otro lado, y sabiendo lo difícil que es conseguir ayuda psicológica sin que suponga un enorme gasto económico, quiero evidenciar la falta de recursos públicos para el cuidado de la salud mental en nuestro país y señalar uno de los más relevantes: la falta de psicólogos y psiquiatras. Actualmente, España se encuentra muy por debajo de la media europea recomendada en cuanto al ratio de psicólogos y psiquiatras. Sin embargo, al mismo tiempo, los suicidios siguen en alza. 

Como paciente he tenido que invertir muchísimo dinero para poder mejorar, recuperarme y volver a mi vida, mi trabajo, mis relaciones… Ha sido un esfuerzo, pero también una suerte, ya que no todo el mundo tiene los recursos para ello. Además, dado que también he sido paciente de cáncer de mama, he podido comprobar el desajuste en el acceso a tratamientos, siendo mucho más fácil y normalizado aquel que se relaciona con una enfermedad “física”. 

No contamos con un sistema de salud justo. 

Somos personas, somos vida. Los pacientes de salud mental importamos lo mismo que el resto de pacientes, entonces, ¿por qué hay tanta diferencia en el acceso al tratamiento?

Es necesario urgentemente un cambio en el modelo de atención a la salud mental en nuestro país y un aumento de los profesionales sanitarios que pueda garantizar una atención de calidad a la población que así lo necesite. También, como sociedad, hemos de continuar hablando con normalidad y esforzarnos por desestigmatizar todo tipo de enfermedad, trastorno o diagnóstico mental. Hemos de hablar para que nos escuchen.  

Pido desde aquí la máxima difusión y apoyo a esta campaña. Luchemos porque se escuche nuestra voz. ¡Gracias a tod@s!