Un conocido me drogó para abusar de mí, pero solo pasó dos meses preso. Necesitamos condenas que garanticen nuestra seguridad y libertad.
Salí de fiesta con unos amigos en Madrid y uno de ellos me drogó para abusar de mí. Conseguí reunir la fuerza suficiente como para denunciarlo y logré que entrara en prisión, pero salió a los dos meses. No llegó a pagar por lo que me hizo. Sin embargo, yo he tenido que pasar meses con depresión y ataques de pánico por las secuelas que me dejó. Desde aquí quiero pedir que se tomen en serio estas denuncias. Necesitamos condenas que garanticen nuestra seguridad y libertad.
Todo ocurrió hace unos años. Era mi día libre y me apetecía mucho salir a bailar. Inicialmente iba a salir con dos amigas, pero finalmente no pudieron venir así que decidí hablarle a un viejo conocido que previamente me había escrito para invitarme a una fiesta en un local de salsa. Él se alegró mucho de que le enviara ese mensaje y me dijo que no me preocupara por nada, que ese día iba con gente a la que yo conocía y que me lo iba a pasar bien con ellos así que acepté.
Había un ambiente agradable, me presentaron a varias chicas y estuvimos bailando un rato. Más tarde me preguntaron si quería tomar algo, pero dije que no ya que no suelo beber y me pedí un Sprite.
Sobre las tres de la mañana salí a fumar y me encontré con unos amigos así que estuve un rato charlando con ellos. Entonces recibí un mensaje del chico que me había invitado en el que decía que me había comprado otra copa. Cuando entré vi que me había pedido un gin-tonic y le dije que no lo quería, pero él insistió en que me lo tomara. Le di un sorbo y vi que estaba realmente suave así que decidí beberme la copa.
Al rato comencé a sentir una sensación extraña, estaba “demasiado alegre” y poco a poco empecé a encontrarme muy mareada. Incluso tuve varias alucinaciones, pensaba que mis manos se movían solas. Al verme así, mi amigo me dijo que me llevaba a casa y nos fuimos en su coche. Íbamos con otra amiga suya a la que dejó primero en casa.
No recuerdo muy bien qué pasó a partir de este momento, solo sé que abrí los ojos y de repente me encontraba en la parte trasera del coche y mientras él me masturbaba. Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando le dije que parara, pero lejos de hacerme caso me forzó todavía más. Recuerdo que estuvo mucho tiempo penetrándome. Yo apenas podía moverme, cuando él se quitó de encima abrí la puerta del coche deprisa y salí corriendo como pude.
Al llegar a casa vi que tenía las pupilas muy dilatadas y descubrí varios arañazos y chupetones en mi cuerpo. Me encontraba tan mal que empecé a vomitar y le pedí a mi madre que me acompañara al hospital porque estaba segura de que me habían drogado. Allí me hicieron varias analíticas que determinaron que presentaba una intoxicación por anfetaminas. Me sentía tan culpable que no llegué a advertir de la agresión sexual, así que no llegaron a recoger muestras de la vagina.
Días después me decidí a denunciar, pero ya no había manera de demostrar la violación. Fui varias veces a comisaría y siempre me hacían las mismas preguntas. Estaba harta de testificar, solo hacía que me sintiera peor conmigo misma. Quizás tuve que pelear más por ello, pero no pude. Logré que entrara en prisión, pero por falta de pruebas salió a los dos meses.
Durante los meses que él pasó preso tuve mucha presión por parte de mi entorno. Me sentí cuestionada constantemente, incluso me incitaron a retirar la denuncia.
Por parte de la policía no tuve protección alguna. Después de eso pasé mucho miedo por si volvía a buscarme. Además, todo aquello me ha provocado infinidad de secuelas psicológicas. He tenido que vivir durante años con una depresión constante, ataques de pánico y mucha ansiedad. Ya no confío en ningún hombre. Incluso tuve que mudarme a otro barrio.
No tenía ninguna información sobre qué medidas tomar cuando paso esto. Me sentí culpable y cuestionada constantemente. ¿Por qué siempre se pone el foco en las víctimas y no en los agresores? Necesitamos condenas que garanticen nuestra seguridad y libertad, ¡basta ya de invalidar nuestros relatos¡ Tenemos derecho de disfrutar de un ocio seguro para todas.