Presentada pregunta escrita al Gobierno
Hola, gracias por hacernos llegar esta pregunta.
Nuestro diputado Guillermo Díaz Gómez, al amparo de lo dispuesto en el artículo 185 y siguientes, del vigente Reglamento de la Cámara, ha presentado la siguiente pregunta para la que se solicita respuesta por escrito sobre el intrusismo laboral en las operaciones de cirugía estética y sus riesgos para la salud de la ciudadanía.
El pasado mes de diciembre, Sara Gómez Sánchez se sometía a una intervención quirúrgica invasiva, una lipoescultura, en una clínica estética de la Región de Murcia. Tras esta operación, que duró en torno a cinco horas, el responsable de la misma comunicó a la familia de la Sra. Gómez que todo había salido bien, aunque la paciente había perdido líquidos y sangre, por lo que era necesario estabilizarla y mantenerla en el quirófano más tiempo de lo normal.
Lo cierto es que, por desgracia, la Sra. Gómez era trasladada posteriormente al hospital de referencia en la ciudad de Cartagena, donde tuvo que ser ingresada de urgencia por un shock hipovolémico de extremada gravedad. La mujer, de 39 años, presentaba múltiples perforaciones y lesiones en el colon, el pulmón, el páncreas, los intestinos, y tenía traumatismos en el hígado y en los riñones.
Esta situación, sumada a la pérdida de sangre provocada por las heridas, llevaron a los especialistas del hospital al que fue trasladada por el responsable de la intervención a ingresarla en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). De acuerdo al parte médico, la Sra. Gómez presentaba incluso “necrosis de la pared abdominal, peritonitis, absceso con contenido intestinal, disección de todo el retroperitoneo derecho e izquierdo con exposición de ambos músculos psoasiliacos, congestión gastrointestinal con múltiples perforaciones", algo que los expertos afirman que en ningún caso debería deberse a una intervención normal de lipoescultura, sino que es más propio de una reyerta con arma blanca.
La familia de la Sra. Gómez y la Asociación del Defensor del Paciente denunciaron al médico responsable de la lipoescultura por lesiones y negligencia médica. Sin embargo, las lesiones han provocado que finalmente la Sra. Gómez haya fallecido el pasado 1 de enero de 2022, dejando huérfanos de madre a dos hijos de 10 y 18 años. Por ello, se plantean ahora que se archive la denuncia por lesiones y presentar por homicidio imprudente una vez cuenten con el resultado final de la autopsia.
De acuerdo a la denuncia presentada, el médico responsable estaría 2 especializado en cirugía cardiovascular, pero no en cirugía estética y, por tanto, no estaría bien formado para llevar a cabo la intervención quirúrgica que acabó cobrándose la vida de la Sra. Gómez. El abogado de la Asociación del Defensor del Paciente solicita dos medidas cautelares: la suspensión del ejercicio profesional como médico del denunciado, y la retirada de su pasaporte, al ser de nacionalidad chilena, y existir un posible riesgo de fuga.
Estos hechos, además, han causado indignación entre los expertos en cirugía estética, y la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) ha expresado su rechazo a la práctica de este médico que no cuenta con la formación, titulación y especialidad necesarias para llevar a cabo este tipo de intervenciones quirúrgicas invasivas. Este caso, además, se suma a las denuncias que la SECPRE viene haciendo en los últimos meses de profesionales que ofrecen sus servicios en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora sin contar con la especialidad requerida para ello, sino simplemente unos títulos de máster que, pese a otorgar un conocimiento teórico-práctico sobre los conceptos de esta disciplina, no habilitan a un profesional para llevar a cabo intervenciones de este tipo.
De hecho, desde desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) que acoge a la casi totalidad de cirujanos plásticos españoles, y desde la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP) cuyos miembros, además de pertenecer obligatoriamente a la SECPRE, son cirujanos plásticos que se dedican preferentemente a la vertiente de Cirugía Estética, vienen aconsejando repetidamente a los potenciales pacientes que se cercioren de que su cirujano se encuentra en posesión del título oficial de especialista en Cirugía Plástica.
Además, han puesto a disposición de la sociedad un listado abierto de profesionales titulados incluso por provincia, evitando así que los pacientes puedan acabar siendo víctimas de un intrusismo laboral que puede poner en peligro su integridad y, por desgracia, quizás incluso su vida.
Por todo ello, se presentan las siguientes preguntas:
1. ¿Qué medidas tiene previsto llevar a cabo el Gobierno para evitar que se sigan produciendo casos de intrusismo laboral en la disciplina de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética?
2. ¿Contempla el Gobierno revisar las titulaciones de máster sobre esta disciplina para mejorar la información sobre que estos títulos no habilitan para la práctica de intervenciones quirúrgicas invasivas?
3. ¿Qué canales ha puesto el Gobierno a disposición de facultativos y pacientes para mejorar la información sobre los riesgos de someterse a procedimientos de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética sin garantía de que el profesional responsable cuenta con la formación y especialidad necesarias para ello?
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Las afectadas por la clínica CEME y la familia de Sara Gómez, fallecida debido a las graves lesiones que le dejó una lipoescultura, unimos fuerzas para pedir que la Proposición no de Ley sobre cirugía estética y lucha contra el intrusismo y las pseudociencias presentada el pasado mes de julio por el grupo PSOE sea aprobada en el Congreso de los Diputados.
Sara que trabajaba como agente inmobiliaria y era madre de dos hijos, sufrió daños en numerosos órganos como los riñones, hígado, colon, intestino y duodeno tras la intervención realizada por un doctor al que contactó a través de redes sociales y que contrario a lo que expone en su perfil, era una persona que no contaba ni con la formación profesional necesaria ni con experiencia previa en este tipo de procedimientos.
Otro caso mediático ha sido el de Silvia Idalia Serrano, que después de permanecer tres meses grave tras someterse a una triple operación estética en la clínica CEME ha fallecido. Otro caso que no ha salido a la luz es el de Ronny que falleció hace un año y fue operado por el mismo cirujano que operó a Silvia en la misma clínica. somos muchos más los que también hemos sufrido las consecuencias de operarnos en clínica CEME. Han jugado con nuestra salud.
Exigimos un mayor control y regulación de las clínicas de cirugía estética, sobre todo las llamadas “low cost” pues estas clínicas ahorran en materiales, en sueldos, en instalaciones, no dejan el tiempo de ingreso óptimo tras la intervención, ponen a un solo anestesista a atender dos intervenciones a la vez o practican varias al mismo tiempo, abandonan a las pacientes una vez operadas no teniendo estás un buen seguimiento post-operatorio, etc, etc. Además operan en hospitales que no disponen de UCI para poder reaccionar en caso de complicación durante la operación. Todo esto incrementa el riesgo de complicaciones.
Con la Ley Sara por fin vemos un rayo de esperanza frente a estos abusos. Nos han engañado, nos han estafado y han jugado con nuestra salud y nuestras vidas. Nadie más debería de pasar por esto.
Necesitamos que la Ley Sara sea una realidad. Esperamos que los partidos con representación en el Congreso de los Diputados muestren la misma sensibilidad que los grupos de la Asamblea Regional, los cuales dejaron atrás las directrices políticas para apoyar la regulación del sector de la estética por el que tantos ciudadanos se han visto afectados.