Me llamo Clara, tengo 30 años y vivo en Castilla-La Mancha. El año pasado, durante la pandemia, me detecté un pequeño tumor en la mama derecha. Al principio no le di importancia porque era muy pequeño, pero en unas semanas creció y empecé a preocuparme. Teniendo en cuenta que en mi familia hay antecedentes de cáncer de mama, y mi madre falleció por esta causa, decidí ir al médico.

Era finales de mayo y la sanidad estaba un poco atascada para atender aspectos que no eran muy urgentes. Así que a pesar de ser una defensora de la sanidad pública, no me quedó más remedio que recurrir al servicio privado. Estaba muy preocupada y me atendían desde ahí más rápido.  Desde el ginecólogo me derivaron a mi médica de cabecera, que después de la consulta y de ver mi historial familiar, decidió solicitarme una ecografía mamaria de manera urgente.

Tardaron meses en llamarme. Ese tiempo fue un poco angustioso, la preocupación cada vez era mayor y el tumor seguía creciendo. Me puse en contacto con el servicio de mama, el cuál me confirmó que había llegado la solicitud bien pero había mucha lista de espera. En agosto, por fin me dieron el diagnóstico: un cáncer de mama hormonal, de tipo luminal B.

En octubre de 2020 me extirparon las dos mamas ya que el riesgo de recaída era muy alto, y en diciembre empecé la quimioterapia, la cual finalizó en abril de este año. En estos momentos sigo recuperándome, acudiendo a rehabilitación por linfedema, estoy en proceso de reconstrucción mamaria, y recibo terapia hormonal para reducir las probabilidades de recaídas.

Lanzo esta campaña porque considero que es imprescindible y clave para el tratamiento y cura de la enfermedad apostar por la detección temprana del cáncer. El diagnóstico de cáncer de mama que padeció mi madre tardó un año en llegar, y debido a las complicaciones que esto conllevó, falleció años más tarde tras una larga lucha. Si el diagnóstico hubiese sido más rápido quizás todo sería diferente.

Por mi parte, soy consciente de que tuve suerte, y que podría haberse demorado mi prueba diagnóstica mucho más en el tiempo a pesar de ser urgente y prioritaria, lo cual es muy injusto para el conjunto de la población que dependamos de "esa suerte".

Es por esto que me dirijo a los políticos de las Cortes de Castilla-La Mancha, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se destinan más recursos humanos y económicos a fomentar la detección temprana? Se necesita más personal y más medios para que las listas de espera no sean escandalosas.

También quiero dar visibilidad a la importancia de tener en cuenta el lastre laboral, económico, social, y psicológico derivado de un cáncer. Yo no tengo hijos, pero lo he vivido como hija y nieta de pacientes oncológicos, y se lo complicado y duro que es para un paciente con cáncer poder cuidar y atender a sus hijos. Hay que impulsar ayudas para que padres y madres puedan seguir haciéndose cargo de sus hijos sin tener que preocuparse durante el tiempo de enfermedad, y que esos niños de padres oncológicos sigan atendidos y sufran lo menos posible.