Soy Concha Herranz Calvo y soy médico de familia en Atención Primaria. Desde el colectivo de médicos de Atención Primaria de Madrid (APsemueve) https://apsemueve.blogspot.com/ queremos denunciar la situación de riesgo que estamos viviendo los trabajadores y trabajadoras de Atención Primaria y que pone en peligro la atención a los pacientes. Actualmente ejercer en nuestro ámbito en Madrid es prácticamente imposible. Nos dedicamos a hacer lo que los gestores consideran urgente (fundamentalmente COVID), lo que nos hace muchas veces dejar en segundo plano otras labores importantes y esenciales para la salud de los pacientes; seguimiento de pacientes frágiles, de crónicos, salud mental, actividades de prevención y promoción de la salud. 

La Atención Primaria se perdió ya hace un año y medio. Los médicos de familia, pediatras, enfermeros, administrativos, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería, matronas, odontólogos, celadores, higienistas dentales, psicólogos… en este momento nos dedicamos a apagar el fuego y tratar de solventar la gestión del COVID porque como no lo hacen otros sectores (porque Salud Pública tiene aún menos medios), nos toca a hacerlo nosotros. Y como consecuencia, no podemos atender de forma adecuada las labores que son propias de la Atención Primaria. Y pese a todos nuestros esfuerzos, las personas se sienten mal atendidas. 

El 90% de los casos de COVID se gestionan en Atención Primaria. Y más actualmente que son casos leves/moderados que no suelen requerir hospitalización. Realizamos desde la sospecha del positivo, el diagnóstico, rastreo y seguimiento de sus contactos, seguimiento del caso, y tratamiento hasta la continuación de la evolución. No son sólo los 10 días desde el positivo, si no todo lo que conlleva antes y después, las secuelas o la incorporación laboral o la situación social del paciente que tiene que aislarse o enferma, y a veces tarda mucho en recuperarse.

Compatibilizar esto con una plantilla que antes del COVID ya estaba a falta de un 15% de profesionales es completamente imposible. Somos los mismos profesionales que previamente no llegaban a dar respuesta adecuada al trabajo diario. Por lo que ahora, sin un refuerzo, es completamente imposible ofrecer una atención de calidad. Y con esta necesidad de trabajadores (por jubilaciones, bajas, traslados a otros lugares…), los pacientes se quedan sin su profesional sanitario de referencia, el que le llama por su nombre, conoce su vida y su entorno. Una cita en Atención Primaria debería darse en 24-48h y ahora hay listas de espera de hasta 15 días, siendo además muchas veces atendido cada vez por un profesional completamente diferente porque las ausencias no se cubren, por tanto, los pacientes se reparten entre los compañeros que están en el centro: se reparten hoy, mañana, pasado... En un día un profesional médico o enfermero puede estar atendiendo COVID, yendo a hacer domicilios, poniendo vacunas…y además pasar su consulta. No da tiempo a abarcar todas las labores sin dejar que algunas se vayan posponiendo de ola en ola de COVID.

Una de las características de la Atención Primaria es la longitudinalidad. Hablamos de que si un profesional está a tu lado durante mucho tiempo ganas calidad de vida y esperanza de vida. Es un concepto que apoya la accesibilidad a una consulta cuando el paciente la necesite. Otra de las cosas importantes que también hemos perdido es la atención comunitaria que hace que estemos en contacto con el sitio donde trabajamos y donde las personas desarrollan su vida, para trabajar en promoción de la salud y para entender las circunstancias en la que las personas enferman de modo que podemos ajustarnos mucho más a cada persona y sus necesidades, algo que no está presente a día de hoy. 

Queremos que los pacientes y todos los ciudadanos y ciudadanas comprendan que pierden mucho cuando no tienen acceso a una Atención Primaria de calidad. El sistema sanitario no es poder acceder a citas con los especialistas hospitalarios o a las pruebas complementarias de forma rápida. Se trata de tener accesibles y de forma estable a profesionales que nos llamen por nuestro nombre, conozcan nuestro entorno y nos acompañen en el día a día del cuidado de nuestra salud. 

Por ello quiero dirigirme a la Asamblea de Madrid. Es muy necesario que se aumente el presupuesto para Atención Primaria hasta al menos el 14% del dedicado al sistema sanitario (esa es la media en España, idealmente al 25% que recomienda la OMS)para que haya un aumento de profesionales de Atención Primaria y se mejoren las estructuras en las que trabajamos y atendemos a las personas. Porque es necesario que las personas sientan que la Atención Primaria funciona y la perciban como algo primordial para su salud, dentro de la Sanidad Pública.