Pregunta para Parlamento de Catalunya

Me detectaron leucemia con 15 años y la radiación me provocó un segundo cáncer: ¿Cómo se te queda el cuerpo cuando te diagnostican un segundo cáncer, consecuencia del primero y de sus tratamientos?

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Hola a todos, 

Soy Cristina, nací en Barcelona y tengo 42 años. Era una niña cuando vine a vivir a Lleida, y aquí fue cuando, con apenas 15 años, unos inusuales síntomas se apoderaron de mí. Empecé a acumular cierto cansancio, pérdida de peso y de cabello, y otras cuestiones que me llevaron a acudir al médico. Una analítica lo confirmó, tenía leucemia: mieloide crónica. En plena adolescencia no te esperas un revés de la vida así. Pero seguimos… Empezaron a tratarme en Lleida y pronto me derivaron a Barcelona. 

Me explicaron que la remisión de la enfermedad pasaba por un trasplante de médula de un donante compatible. Yo era la pequeña de 5 hermanos y, afortunadamente, la persona genéticamente compatible conmigo ya había nacido, era mi hermano, y sería mi donante. Así inicié el proceso: sesiones de quimioterapia y radioterapia previas al trasplante, posteriormente el trasplante y la recuperación. Es un proceso largo y algo tedioso, pero con paciencia e ímpetu conseguí hacer vida normal. 

Y así, hace 6 años, me detectan cáncer de tiroides. ¿Otro cáncer? Es lo primero que pensé. Me quitaron hasta 32 bultos, toda la tiroides y la paratiroides. Fue también un proceso algo duro, pero afortunadamente puedo hacer vida normal. Lo llamativo es que al darme de bruces con este segundo cáncer un doctor me dijo un día aquellas palabras que me marcaron para siempre: “Seguramente de la radiación que recibiste hace años, ahora hayas desarrollado esta segunda enfermedad”. ¿Cómo se te queda el cuerpo cuando te diagnostica un segundo cáncer, consecuencia del primero y de sus tratamientos? Seguramente muchos pacientes no sean conscientes de que esto puede ocurrir, como me pasó a mí. 

Agradezco enormemente los avances que a día de hoy permiten incluso que leucemias como la que padecí en mi adolescencia se traten con pastillas. Pero estamos ante una enfermedad grave, tediosa, y que requiere de tratamientos agresivos cuyos efectos adversos podrían descolocar a cualquier paciente al cabo de los años. Y, por ello, el paciente merece conocer a qué se enfrenta y con qué puede encontrarse a lo largo de su vida. 

Los oncólogos y hematólogos realizan una gran labor con nosotros, sus pacientes, pero muchas veces se pierde información en la rutina de dar a conocer tantos datos y tantos contratiempos. Al igual que se ha avanzado en el sentido de prestar a los pacientes un apoyo psicológico, por ejemplo, que antes no existía, ¿por qué no se trabaja en crear unidades de acompañamiento al paciente que adelanten todo tipo de información? 

Reconozco el enorme trabajo que hace todo el personal sanitario, desde la primera persona hasta la última que me han tratado. Hacer una labor encomiable, pero siempre quedan cabos sueltos que para el enfermo tienen una trascendencia mayor. Y por ello quería aprovechar también para enunciar aquí otra cuestión clave. Como os adelantaba, soy la pequeña de 5 hermanos. Mi hermano mayor falleció de cáncer, mi hermana mayor también padece cáncer, y mi madre tiene los glóbulos rojos muy alterados.

¿Cómo es posible que 4 de 7 miembros de una misma familia hayan padecido cáncer, todo sanguíneos, y los médicos descarten que estemos ante una cuestión genética? Lo cual demuestra que a día de hoy sigue existiendo una falta de implicación, inversión en investigación e iniciativa para ir más allá en lo que se refiere a esta enfermedad. 

Por eso me dirijo a vosotros, familiares, amigos, conocidos, para que apoyéis este movimiento; y también desde aquí quiero extender mi reivindicación a mis representantes políticos en el Parlament de Catalunya, por el hecho de haber seguido mis procesos aquí, en mi comunidad natal. Pero me gustaría que esta cuestión trascendiese más allá. Hace falta una respuesta común ante una enfermedad tan intransigente como el cáncer, que se cobra tantas vidas y, cuando no, tantas mentes y sueños humanos. ¿Hasta cuándo?

Espero su respuesta. 

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