Pregunta para Congreso de los diputados

Es hora de dejar de asociar la menstruación con suciedad, daño o peligro. ¿Cuándo se empezará a educar en salud menstrual a las niñas para mejorar la salud de las mujeres?

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Me llamo Cristina Ramiro, soy Enfermera desde hace 14 años, y desde hace 9 no he parado de formarme,  investigar y emprender en favor de los derechos de las mujeres en materia de salud, para que  tengan la atención que se merecen desde un enfoque integral. 

La pasión por la fisiología del cuerpo femenino y nuestros derechos como mujeres me han  llevado a especializarme en Salud Integrativa Femenina y velar por un enfoque 360º a la salud de  las mujeres, donde sean consideradas seres bio-psico-sociales, y con el que podamos abordar lo  que las pasa desde un punto de vista psico-neuro-inmuno-endocrino. 

Hoy atiendo consulta online y divulgo en salud femenina en todas las  etapas, sobre cómo revertir el desequilibrio que nos hace enfermar o merma nuestra calidad de vida.  En mi consulta atiendo mujeres con diferentes disfunciones menstruales, problemas hormonales,  inmunológicos, problemas de lactancia materna o cualquier desequilibrio asociado a la fisiología  femenina. Me interesa que las niñas y mujeres conozcan su fisiología, y aprendan a admirar y respetar su cuerpo desde el autocuidado, a detectar qué no es normal en su ciclo menstrual y poco a poco dejemos de normalizar las disfunciones del mismo, como el dolor.

Que las niñas aprendan a respetar su cuerpo y relacionarse con él de forma saludable comienza a ser una necesidad. Que comprendan su funcionamiento hormonal, más allá de la anatomía básica e irreal que aprenden en el colegio. 


Aún se percibe la menarquia (primera menstruación ) como algo negativo, como un hito en la vida de una niña que marca el inicio de una vida peor. Aprenden que es un momento peligroso porque se exponen a su sexualidad, y se demoniza el sexo con parejas masculinas por el riesgo de embarazo. Además tener la regla es motivo de tabú y vergüenza.

Estas primeras relaciones de las niñas con lo que va a ser su sexualidad, marcan y merman la salud de las niñas, adolescentes y de las mujeres que después serán.

Sería interesante que aprendieran a ver el ciclo menstrual como un signo de estar sanas y adquirieran las herramientas y los conocimientos para conocerse a lo largo de sus fases y cómo autocuidarse en cada una de ellas.

Sería muy positivo dejar de asociar menstruación con suciedad o daño, con peligro y secreto, y dejar de normalizar el síndrome premenstrual y el dolor. Las niñas deben saber que ser cíclicas y tener la regla significa estar sanas, significa que su cuerpo funciona, y que a partir de ese momento en el que comienzan a ser cíclicas tienen una gran oportunidad de adquirir consciencia, autoconocimiento y autocuidado.

Tienen la oportunidad de observar sus cambios en cada fase y atender a sus necesidades concretas en cada momento. Alguien debe contarles qué es habitual sentir en cada fase y cómo pueden cuidarse en cada momento a través de la alimentación y un estilo de vida saludable. Contarles que el dolor y todas las alteraciones que afectan a la calidad y cantidad de la menstruación no son normales y no tienen como solución magistral la toma de anticonceptivos. Sería maravilloso que además también pudieran recibir esta información y cambio de paradigma desde sus propias familias.

Que la nutrición, la salud emocional y el estilo de vida son la base de la salud menstrual, es algo que tienen derecho a conocer.

Esto ahorraría muchas disfunciones del ciclo que a menudo son solucionadas con la píldora o algún otro anticonceptivo hormonal, algo que además, a las chicas jóvenes les resulta atractivo, pero poco beneficio añade a sus vidas: supresión del ciclo con consecuencias para su salud física, hormonal y mental, no soluciona la causa del problema que presenten en ese momento y que produce la disfunción, y las predispone a sufrir más enfermedades de transmisión sexual ya que infravaloran protegerse adicionalmente con un método barrera.

La responsabilidad es de la sociedad, se necesita un cambio de mentalidad que permita desestigmatizar los procesos fisiológicos de las mujeres como la regla o el parto. El cambio de mentalidad permitiría incluir la salud sexual, hormonal y menstrual en los contenidos educativos que reciben nuestras próximas generaciones en colegios e institutos, y en la propia educación intrafamiliar a través de sus madres u otros miembros de su familia.

Puedes encontrarme en @crisramiro_saludparamujeres, y próximamente en www.crisramiro.com

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