Pregunta para Senado
¡Las aulas hospitalarias existen! Sus alumnos necesitan un plan formativo, con evaluaciones acordes a las horas de estudio que tienen, y apoyo para los menores con necesidades especiales, como en cualquier otro centro educativo
Su uniforme es un pijama, su aula está en un hospital y comparten horas lectivas con pruebas médicas, revisiones, estancias en la UCI… Es por ello que su jornada escolar es menor, 2 horas y media, pero la ilusión con la que acuden al aula para estar con sus compañeros, aprender y trabajar, son como las de cualquier otro alumno más. Así es como lo sienten y como lo quieren demostrar, normalizando y humanizando las aulas hospitalarias para la sociedad.
Con actividades y celebraciones como las de cualquier otro centro educativo: Día del libro, Carnaval, Día de la Paz… pero la cosa se complica cuando el nivel de estudios alcanza la secundaria, porque el seguimiento en los contenidos es más complicado para los alumnos que han permanecidos ingresados durante semanas, meses e inclusos años en el hospital. Tratamientos oncológicos, diálisis, trasplantes, secuelas por cirugías, han pasado tanto tiempo alejados de las clases ordinarias, que cuando se incorporan necesitan tiempo y adaptación para adecuarse al nivel que se les exige.
Es por ello que realizamos esta petición, para que el alumnado de las aulas hospitalarias no sea excluido del proyecto educativo y se fomente su inclusión con:
- Adaptación de los contenidos para alumnos hospitalizados de larga duración, para que puedan acceder al bachiller, titulación a la E.S.O o las pruebas de la EvAU.
- Profesores de apoyo para atender a niños con necesidades especiales ingresados (IL, PT…)
Si su salud les ha obligado a restringir sus horas de aprendizaje, ¡ayudémosles!, el sistema no puede desanimarles a no cumplir sus sueños en la vida, es él el que tiene que adaptarse a sus necesidades, y si el COVID consiguió que la metodología y las evaluaciones se modificasen porque los alumnos no podían acudir a clase, hagamos lo mismo por la igualdad de los niños hospitalizados, dotémosles de las herramientas y los maestros que necesitan acordes a sus necesidades como en cualquier centro escolar, y DIBUJAREMOS SONRISAS.
Es un alumnado que se adapta al ritmo del día a día en un aula hospitalaria:
- A las 8 y media una profesora saca la lista de alumnos ingresados esa jornada.
- Se seleccionan por patologías, tratamientos, edad
- Y la clase no comienza hasta las 10:00. Porque los médicos pasan consulta y habrá alumnos que no puedan asistir porque la quimioterapia les ha sentado mal, no se encuentren bien, no puedan salir de la habitación…
El alumnado cambia diariamente, pero no sus ganas de aprender. Se han llegado a meter camas en el aula porque querían asistir y no se podían mover, se ha acudido la UCI para hacer experimentos, y todo lo que sea necesario porque ellos quieren continuar su aprendizaje como un alumno más. Están ansiosos por querer curarse, volver pronto a casa con la familia, reunirse con sus amigos y acudir a clase con sus compañeros de escuela para hacer lo mismo que ellos en la medida de lo posible.
Todavía no es muy común, pero disfrutarían mucho si los centros educativos compartiesen las actividades que realizan con las aulas hospitalarias. Sería muy bonito que los colegios de la zona adquiriesen el compromiso de poder dejarnos sus exposiciones, trabajos, representaciones, vídeos de experimentos… para que podamos mostrarlos en el hospital. Allí no se pueden realizan por falta de tiempo, y todos esos proyectos a nuestros alumnos con pijama les gusta, porque aprenden divirtiéndose y les entretiene
Nosotros no dejaremos de luchar por ellos, por esa normalidad y humanización de las aulas hospitalarias. No queremos que pierdan ese interés y energía por aprender cuando vuelvan a incorporarse al modelo educativo actual. Ellos quieren resultados y que se les ayude en su día a día para aprender y disfrutar y conseguir las metas que se propongan.
Por eso los límites no se los puede poner la educación ni la sociedad, porque para ellos la palabra Imposible no existe, y eso lo demuestran constantemente.