7.291 ancianos murieron en residencias madrileñas durante el Covid por el “Protocolo de la Vergüenza” impidiendo derivar a dependientes a los hospitales ¿Cuándo se hará justicia? Quieren que olvidemos este genocidio de residentes, el asesinato de mi madre
Daniel Rubio Caballero

No nos resignamos a que se dé carpetazo sin más a este drama


En primer lugar, querría darle las gracias a Susana por compartir con nosotros su desgarradora experiencia para que no caiga en el olvido lo que sucedió en las residencias de personas mayores en la Comunidad de Madrid, y en concreto con su madre, Pilar. 

Me siento muy identificado con muchas de las situaciones que narra porque a mi madre, también residente en un centro, se le negó la posibilidad de ser tratada en un Hospital, aunque sobrevivió a la COVID. 

En los momentos peores en las residencias, los poderes públicos actuaron de forma desigual: ayuntamientos como Alcorcón o Leganés demandaron a la Comunidad de Madrid en los tribunales obligando a medicalizar las residencias mientras que la Comunidad de Madrid recurría los autos judiciales que la obligaban a organizar esa medicalización. 

Por parte de distintos partidos políticos progresistas de la oposición en la Comunidad de Madrid se han sustanciado diferentes iniciativas como por ejemplo la creación de una Comisión de Investigación en la Asamblea de Madrid. Esta comisión realizó varias sesiones, pero con la convocatoria anticipada de elecciones se cerró y en la nueva legislatura el Partido Popular se negó a que se volviera a constituir.

 Ante los diferentes intentos que ha habido de constituir de nuevo esa comisión, la negativa ha sido radical. Aún así, se han seguido presentando otro tipo de iniciativas (que con la mayoría absoluta del Partido Popular no han prosperado), y se sigue trabajando coordinadamente con asociaciones de familiares de residentes para que se haga justicia y prevalezca la verdad. No nos resignamos a que se dé carpetazo sin más a este drama e incluso se ha llevado al Parlamento Europeo la petición de estudio de lo ocurrido. Y las recientes iniciativas judiciales en las que se está llamando a declarar a los responsables de los protocolos son una ventana a la esperanza de que, aunque tarde, se pueda hacer justicia.


 Compartir
Daniel Rubio Caballero
 Pregunta 7.291 ancianos murieron en residencias madrileñas durante el Covid por el “Protocolo de la Vergüenza” impidiendo derivar a dependientes a los hospitales ¿Cuándo se hará justicia? Quieren que olvidemos este genocidio de residentes, el asesinato de mi madre

Ella se llamaba Pilar, mi madre, una que mujer que había luchado durante su vida siendo ejemplo para toda su familia. Y tanto ella, como 38 compañeros de su residencia, y otras 7.252 personas dependientes de la Comunidad de Madrid, no tuvieron ni la más mínima oportunidad de vida durante la pandemia, porque desde la institución madrileña se dio la orden a hospitales y médicos de residencias de que “los dependientes no podían ser trasladados a urgencias hospitalarias”, el maldito “Protocolo de la vergüenza”, al que se sumó el desabastecimiento de material sanitario y personal médico en las residencias. 

Como consecuencia, los residentes quedaron desamparados y aislados porque el personal que les atendía solo contaba con gel hidroalcohólico para evitar contagios, lo que provocó que la atención hacia ellos fuese inexistente:

  • Aislamiento en las habitaciones durante horas
  • Cambios de pañal cada 12 horas provocando irritaciones en sus genitales
  • Esperas de 4 horas para recibir un vaso de agua
  • Dependientes que necesitaban ser cambiados de postura y que acababan con el cuerpo lleno de llagas
  • Alimentados con comida `basura´ que no les alimentaba
  • Y muertes en soledad y en circunstancias desconocidas

Por todo esto, y porque se les negó el derecho a una atención médica que les había podido salvar la vida, mi madre y miles de personas dependientes murieron por un protocolo que supuso el genocidio de 7.291 personas, solo en la Comunidad de Madrid, sin que a día de hoy existan responsables que hayan sido juzgados y estén pagando por ello. 

Y este es el principal motivo por el que inicio esta petición. Es INDIGNANTE, que después de 4 años esperando una sentencia, presentada por acusación particular, con numerosas pruebas, para que la muerte de mi madre no quedase impune y sirviese de ejemplo de lucha para muchas otras familias, esta haya sido archivada sin más. Sin haber tenido en cuenta toda la documentación presentada, y sin llamar a ninguno de los testigos propuestos como el de una residente, en pleno uso de sus facultades, que vivió el descontrol y desatención de la residencia en primera persona y que no ha sido solicitada a declarar. 

La jueza tampoco ha tenido en cuenta las grabaciones telefónicas en las que una doctora de la residencia reconocía que por mandato de la Comunidad de Madrid no se podían derivar a los dependientes, ni las imágenes en las que se podían ver las consecuencias físicas que sufrían los residentes por el abandono que estaban padeciendo, así como mis llamadas y correos pidiendo auxilio al ver a  mi madre, en una videollamada, estaba con insuficiencia respiratoria severa, muriendo, y nadie me hacía caso para sacarla de allí. No fue ninguna ambulancia a socorrerla para que fuese atendida hospitalariamente como un ser humano más, una persona a la que los médicos deben darle la oportunidad de salvar su vida. 

A los dos días de esa comunicación, el 8 de abril, mi madre falleció de madrugada sola. No quiero ni imaginarme en qué circunstancias, pero su muerte no se certificó hasta la mañana cuando entró la doctora a trabajar, por lo que se muestra claramente que nadie atendía medicamente a todas esas personas a las que se estaba dejando morir. 

Aunque tenga que lucharlo sola, cambiar de abogado, sacar esta denuncia fuera del país, no voy a parar porque mi madre no hubiese cesado hasta conseguir que se hiciese justicia. 

No sé qué se esconde detrás de esta archivación del caso cuando se han presentado tantas pruebas, qué intereses están haciendo que tantas familias se vean obligadas a olvidar a sus muertos porque están cansados de luchar contra Goliat. 

Lo que yo tengo claro es que ni perdono, ni olvido. El sufrimiento de esos días y la muerte de mi madre me han afectado mucho psicológicamente, y lo sigue haciendo en la actualidad, porque me duele tener la sensación de que no estoy pudiendo hacer nada por ella, por su memoria y eso es muy doloroso. 

Asi que me agarro con todas mis fuerzas a su recuerdo, sigo adelante a pesar de todas las adversidades con el apoyo incondicional de mi familia, porque la abuela Pilar Gaitán fue mucha mujer y su ida, como la de miles de dependientes más, no puede quedar impune. 

 

Enviada per
Susana Paya Gaitán Susana Paya Gaitán
6820 de 500 Apoyos
16.11.2023

Uneix-te a Osoigo

Ets polític i estàs interessat en participar a Osoigo?

Contacta amb nosaltres