Me llamo Daniela y he sobrevivido a un Linfoma de Hodgkin. 

Los síntomas empezaron durante el verano de 2014, cuando tenía once años. No tenía ganas de comer, lo que me hizo perder mucho peso, y mi piel adquirió un tono amarillento. Cuando mi madre me llevó a la consulta del médico, este nos dijo que adelgazar me había venido bien y que el tono de mi piel sencillamente se debía a que no estaba morena. En cambio, mi madre insistió en que me realizasen un chequeo.

Pasadas dos semanas llamaron a mi madre para que fuese al hospital, dónde le dijeron que me habían detectado un Linfoma de Hodgkin. El tratamiento para combatirlo consistió en cuatro sesiones de quimioterapia que me administraron a lo largo de cuatro meses, al que por suerte respondí muy bien e hizo que la enfermedad desapareciese.

Aunque tuve algunos días en los que estuve algo decaída, llevé el proceso bastante bien. En cambio, soy consciente de que si mi madre no hubiese insistido en que me realizasen pruebas, puede que hoy no estuviese contando esto.

Por ello, con esta iniciativa pido al Parlament de Catalunya que destine más recursos a la investigación del cáncer infantil y a su detección temprana, realizando las pruebas necesarias en cuanto se presenten los primeros síntomas, pues en enfermedades como esta el tiempo es decisivo.