Hola, soy Danna Carolina Rivera León, tengo 24 años y vivo en Bucaramanga. Hace cinco años fui diagnosticada con lupus. En ese momento yo estaba empezando mi carrera de Derecho. Iba en los primeros semestres cuando vi que se me empezaron a torcer las manos y los pies. Algunas partes de mi piel se empezaron a enrojecer y tenía vómitos y dolores de cabeza extraños.

Pasó un año antes de que una reumatóloga, después de ya haber pasado por fisioterapeutas, me ordenara unos exámenes en los que salieron positivos varios desórdenes inmunológicos. Un año, más o menos, tardó el diagnóstico del lupus. Esa fue la primera de las varias dificultades que vendrían después: depresiones, dificultad para adaptarme a los medicamentos, alergias o pleitos con mi EPS, que no quería responder por mi tratamiento.

También he tenido problemas en el corazón, en los pulmones y en el estómago, aunque he aprendido a manejarlos. Esta semana, además, me diagnosticaron con hepatitis B. El lupus, y las personas que lo padecen seguro que lo saben, es una enfermedad que sube y baja, que va y viene.  

A todas estas dificultades hay que sumar una más reciente: la no inclusión de nosotras, las pacientes con lupus, en el plan de vacunación contra el coronavirus del Ministerio de Salud. Como paciente, creo que ser vacunadas es fundamental, porque no tenemos un sistema inmunológico fuerte que nos dé las defensas adecuadas para enfrentar el virus. Necesitamos esa protección, que, además de reducir el riesgo de contagio, nos daría una mayor calidad de vida.

Y como abogada, debo decir que las pacientes con lupus estamos incluidas en la categoría de pacientes catastróficas y degenerativas. Por ese motivo, el Estado debe brindarnos protección especial. No digo que no se deba priorizar a los médicos, al personal sanitario o a los adultos mayores; digo que el Estado se ha olvidado de un sector pequeño de la sociedad que debería ser tenido en cuenta, y que incluye no sólo a las pacientes con lupus, sino a todas las personas que padecen enfermedades inmunológicas y reumatológicas.

Por eso hago un llamado a los políticos y a los congresistas de Colombia, para que legislen y actúen para que todos los pacientes con enfermedades crónicas sean incluidos de manera urgente en el plan de vacunación nacional. Todos podemos apoyar: si recogemos 500 firmas en esta petición, los políticos me responderán en la página de Osoigo. Respaldar no toma más de un minuto. 

Y después, compartamos este testimonio con nuestros amigos, familiares y contactos de WhatsApp, para que la petición sea más respaldada y muchas personas más conozcan la importancia de que este sector de la población sea tenido en el proceso de inmunización. Las personas con enfermedades crónicas de todo el país estaremos muy agradecidas.