Hola. Me llamo David Molinero, tengo 22 años y estoy afectado por el trastorno del espectro autista. 

Yo nací en el espectro autista, pero se me empezó a desarrollar a los 3 años. Cuando fui creciendo yo escuchaba la palabra ‘autismo’, pero no fui consciente de su significado hasta que cumplí 16 años, cuando me saqué el título de la ESO. El saber lo que significaba rompió casi todos los estereotipos negativos que pensaba sobre mí y mi condición. 

El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que, en algunos casos, causa problemas en la interacción social y la comunicación. Actualmente no existe una cura para los trastornos del espectro autista, pero un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños. 

El autismo ha influido siempre en mi día a día, cada pequeño aspecto está influenciado de algún modo, ya sea positivamente o negativamente. No a todo el mundo le afecta igual en relación a su comportamiento, depende de la persona. En mi caso, soy demasiado pasivo y tranquilo. Lo que sí suele ser común entre muchas de las personas que están en el espectro autista es el pensar en bucle y, como consecuencia, saturarse. 

Las personas autistas pueden tener más de una condición o trastorno, pero es algo que ocurre como en el resto de personas. No existe, por ejemplo, ninguna distinción visual entre una persona autista y una que no lo es, ya que es una condición neurobiológica que no afecta al físico.

A nivel social, en muchas ocasiones, he tenido que vivir situaciones desagradables de manera periódica. La mayoría de las veces suelen ser originadas por el desprecio o discriminación de otras personas. 

Una de las cosas que más me molesta, es que hay profesionales sobre autismo que no se han actualizado y siguen teniendo pensamientos antiguos como que es una enfermedad mental o que es necesaria la medicación, cuando no tiene ningún sentido y, a día de hoy, varios estudios han demostrado que no es ninguna enfermedad mental. 

Es por todo lo plasmado en esta propuesta y por mi propia condición en el espectro autista, por lo que lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que se desarrollen más investigaciones sobre integración sensorial y sus aplicaciones a la vida de las personas autistas desde una infancia temprana. 

De igual forma, queremos que haya centros públicos centrados en autismo. Si existiera un centro público centrado en autismo, se podrían gestionar diversos recursos sobre el trastorno y formar a profesionales desactualizados, además de facilitar unas pautas generales sobre la información a dar al colectivo de personas autistas y sus familias.