Si el PSE-EE alcanzara el Gobierno de la Diputación, me encargaría de promover programas específicos para la preservación de la memoria y la reparación de todas las víctimas del terrorismo, haciendo especial hincapié en las víctimas de ETA y evitando la equidistancia reinante, cuando no una cierta tendencia a la desmemoria y a pasar página sin siquiera haberla leído. Tal y como hemos hecho cuando hemos gobernado ayuntamientos como el de San Sebastián, volveríamos a las redes de ciudades educadoras, y a desarrollar programas que fomenten la educación en valores democráticos tales como la tolerancia, la defensa de la pluralidad y la diversidad y el respeto a los Derechos Humanos.

Así lo hicimos cuando pusimos en marcha la Casa de los Derechos Humanos en el Palacio de Ayete, cuando promovimos la escultura en memoria de las víctimas en Alderdi Eder, cuando conmemorábamos delante el Ayuntamiento cada Navidade el recuerdo a las víctimas de ETA a la luz de las velas, cuando diseñamos el proyecto de capitalidad cultural europea 2016 y cuando pusimos en marcha el foro local de víctimas.