Hola, Raúl:

Te contestaré rápida y claramente. La proliferación de cualquier entidad, constituida o no como partido político, que valora a los ciudadanos por características tales como el origen nacional, la etnia, o la identidad sexual pone en serio peligro el progreso de nuestra sociedad. La sensación que tengo con respecto a estos grupos es de cierto temor, ya que se aprovechan de la creencia de muchos ciudadanos (y algunos partidos) de que los inmigrantes no deberían tener derecho de acceso a la educación, sanidad y servicios sociales.

Ante esto, no nos hemos quedado quietos. Recientemente, en marzo del pasado año, desde UPyD en Valencia solicitamos a Delegación del Gobierno que suspendiese un acto de E-2000 en el barrio de Orriols. El objetivo era repartir comida para personas necesitadas. Eso sí, sólo personas de origen nacional. Un acto que nos pareció muy peligroso, por incitar al odio y a la discriminación a los inmigrantes, en un barrio con altas tasas de población extranjera. Delegación de Gobierno no movió un dedo.

Así mismo, en nuestro programa electoral local, que pronto publicaremos, incluímos la necesidad de que la administración de apoyo a aquellas asociaciones que trabajan en barrios como Orriols para garantizar la convivencia, la tolerancia y el entendimiento entre los vecinos de barrios con alta densidad de población inmigrante. 

Por acabar, decirte Raúl que el progreso no solo entiende de economía. Progreso también es igualdad. Progreso es que cualquier ciudadano pueda desenvolverse libremente sin que su origen nacional o cualquier otra característica le suponga un obstáculo frente a la administración u otras organizaciones. Por eso, la proliferación de este tipo de grupos nos horroriza.

Gracias por tu pregunta. Para cualquier cosa, ya sabes dónde encontrarme.

Atentamente,

Eduardo Gómez.